La presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, enfrentó descalificaciones e insultos de legisladores de la oposición, al comparecer ante las comisiones del Senado responsables del proceso para la elección del o la titular de ese organismo para los próximos cinco años.

En su intervención inicial, la actual ombudsperson expresó que no busca relegirse por ambición personal, sino para consolidar lo logrado y adelantándose a las críticas que luego se multiplicaron, expresó que llega con la frente en alto y que no fue, ni nunca lo será, instrumento de intereses personales y partidistas.

La CNDH bajo mi dirección ha mostrado compromisos claros, sin titubeos, con transformaciones que reclama la mayoría del pueblo. No le perdonan, agregó, que no emitimos las acciones de inconstitucionalidad, ni las recomendaciones que hubieran querido, por ejemplo contra la reforma judicial, aunque no se tuviera ningún sustento legal para hacerlo. No fuimos instrumento, ni nunca lo seremos, de quienes insisten en crear agendas al margen del pueblo.

Piedra Ibarra fue la última de 17 aspirantes a la dirigencia de la comisión y todos los candidatos anteriores tardaron pocos minutos en reunión con los integrantes de las Comisiones de Derechos Humanos y de Justicia del Senado, pero en su caso fueron dos horas de críticas de los opositores, que se burlaron de que llevara tarjetas escritas para responderles.

La senadora panista Verónica Rodríguez trató de meter en problemas a Piedra Ibarra, al preguntarle qué opinaba de que en la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum, se hubiera llevado a la sesión de Congreso general a Ifigenia agonizante, ya que, sostuvo, la sacaron del hospital.

El presidente de la Comisión de Justicia, Javier Corral, interrumpió a la panista y mencionó que era una falta de respeto referirse así a la memoria de la maestra Ifigenia Martínez.

No fue la única vez que Corral llamó al orden, pues Ricardo Anaya, senador del PAN, sostuvo que su elección como presidenta de la CNDH fue fraudulenta e incluso le dijo que con qué cara busca la relección, pese a que ha rechazado 99 por ciento de quejas contra militares.

Le recriminó que no haya emitido aún una recomendación por los hechos del 1° de octubre en Chiapas, donde elementos de la Guardia Nacional dispararon contra migrantes y mataron a seis.

No le da vergüenza venir a pedir el voto para relegirse, mencionó el senador. El león cree que todos son de su condición, reviró Piedra Ibarra, pero las acusaciones de que protege al gobierno de Morena y los militares, en lugar de a los ciudadanos, continuaron.

La senadora priísta Carolina Viggiano planteó que Ibarra Piedra debe renunciar a su candidatura, pues, con ello, le haría bien a la presidenta de la República.

Rosario Piedra rechazó las acusaciones y afirmó que ha presentado las recomendaciones por violaciones a derechos humanos que tienen sustento y a pregunta expresa contestó que el país no está militarizado porque al mando de las fuerzas armadas está la presidenta Sheinbaum, que es civil.

Trabajadores del PJF se manifiestan

Trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF) se manifestaron en el Senado de la República para exigir que no se relija a la mandataria de la CNDH. Piedra Ibarra no tiene calidad moral para estar allí, su ratificación sería un atentado a la libertad y a los derechos humanos, expusieron los trabajadores, que durante 65 días han realizado protestas en contra de la reforma judicial y el paro de actividades en todos los juzgados y tribunales federales.

Durante cuatro horas, miembros de organizaciones como la Coalición 32 Circuitos Unidos y de los sindicatos de trabajadores del PJF corearon consignas contra la ombusdsperson y señalaron que durante su gestión no ha atendido ni emitido alguna recomendación para autoridades de los tres niveles de gobierno en casos como las desapariciones forzadas y la falta de atención a las organizaciones de madres buscadoras.

Relegir a Piedra Ibarra significaría que volvería a imperar en la CNDH el amiguísimo y regresaría el oscurantismo, pues, dijeron que, aunque los trabajadores inconformes con la reforma judicial solicitaron la intervención del organismo, éste no hizo nada.