La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) llamó a sus países miembros a destinar entre 4 y 6 por ciento de su producto interno bruto (PIB) para garantizar una inversión suficiente en educación, y con ello reducir la desigualdad y pobreza en la región y alcanzar la justicia social al otorgar a todos acceso a este derecho.

En conferencia de prensa sobre el financiamiento sostenible de la educación en América Latina y el Caribe, en conjunto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre otros entes, el organismo recomendó que los gobiernos destinen entre 15 y 20 por ciento del gasto público a este sector para que puedan invertir más por estudiante desde la educación inicial hasta la formación para el trabajo, pues la considera una inversión a largo plazo.

México destinó para el ejercicio fiscal de 2024, 439 mil 17 millones 942 mil 697 pesos para el sector educativo, que representó 4.87 por ciento de los 9 billones 66 mil millones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). De ello, otorgó 205 mil 137 millones 355 mil 809 al sector central, 147 mil 516 millones 846 mil 897 a órganos desconcentrados y 86 mil 363 millones 739 mil 991 a entidades paraestatales.

Mariana Huepe, representante de la Cepal, destacó que en los estados de la región el gasto por estudiante es muy bajo en relación con otras economías; por ejemplo, los países de la OCDE invertían 4.6 veces más que los de América Latina, por lo cual instó a monitorearlos y establecer metas en el indicador de gasto público y por estudiante.

En este rubro, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México invierte en promedio anual por alumno 69 mil 661.74 pesos (3 mil 513 dólares), mientras el promedio de los países miembros es de 281 mil 760.21 pesos (14 mil 209 dólares).

En cuanto a la inversión del PIB, el país está en lo recomendado, pues tuvo un gasto en educación de 4.2 por ciento en 2021; sin embargo, hubo una reducción, ya que en 2015 fue de 5.1 por ciento, de acuerdo con la OCDE. Además, la cifra promedio de los países miembros es de 4.9 por ciento del PIB.

Al considerar que América Latina y el Caribe es una de las regiones más desiguales del mundo, la cual presenta una crisis prolongada que se profundizó con la pandemia, la Unesco y la Cepal hicieron una serie de recomendaciones, entre ellas aumentar la inversión pública en la educación, priorizan recursos en zonas con mayor vulnerabilidad; potenciar las estrategias de financiamiento sostenible para la educación (políticas fiscales progresivas, canjes de duda, financiamiento mixto); fortalecer los sistemas de gestión que permitan planificar las inversiones y monitorear el impacto de la financiación en la educación.