Ante la llegada de empresas a México mediante la relocalización o nearshoring, la academia, la industria y el gobierno han logrado estar en la misma frecuencia para colaborar en conjunto en una política industrial que defina el futuro del país en esta materia, sostuvo Raúl Gutiérrez Muguerza, presidente del consejo de Grupo Deacero.

Recalcó que México ha tenido 40 años de crecimiento mediocre; por ello, la dinámica nacional debe cambiar ante la próxima revisión del Tratado de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)

Por su parte, José Antonio Romero Tellaeche, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), explicó que la política industrial no debe limitarse a la atracción de inversión extranjera, sino elaborar directrices que permitan la innovación y la transferencia tecnológica que no se lograron con el anterior Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).

Esa, dijo, fue una de las razones por las que Grupo Deacero y el CIDE impulsan el Premio al Pensamiento Industrial 2024, con el que buscan que estudiantes, académicos y profesionales aporten proyectos de investigación, propuestas y análisis para acelerar el desarrollo industrial.

Luego de presentar el premio, cuyas bases fueron difundidas en el sitio web del CIDE, el director del instituto educativo destacó que el premio al Pensamiento Industrial 2024 “va a despertar el interés en la política industrial. Antes era la mano invisible del neoliberalismo la que generaba todo; ahora es: ‘Hay que planificar el desarrollo’. Hasta los que no ganen van a concursar con proyectos de ese tipo sobre cómo planificar para que sea más eficiente, y eso ya es una ganancia, porque es un tema que está olvidado. Será para hacer conciencia de que la política industrial puede ser el camino al desarrollo de México”.

Hacia una nueva política industrial

En entrevista, Gutiérrez Muguerza apuntó que se requiere mayor contenido nacional no sólo en la transferencia tecnológica y los insumos de las maquiladoras, sino también en la obra pública, tanto federal como estatal.

Subrayó que ahora hay un acervo importante de conocimiento entre empresarios, institutos educativos y el actual gobierno federal para poner en marcha una nueva política en esta materia.

Actualmente estamos en la misma frecuencia tanto la academia como la industria y el gobierno, y eso a pesar de que anteriormente se hicieron muchos ensayos. Hay un acervo tremendo de análisis y estudios; es la base que necesita nuestro gobierno para analizar conjuntamente con estos tres actores el potencial que tiene para implementar una política industrial en el país, indicó Gutiérrez Muguerza.

Alertó que si no se construye una política industrial en conjunto, con vías a la innovación en ese sector, se repetirá el modelo aplicado en México con el TLCAN, con el que llegaron empresas al país, pero sin que ello se tradujera en crecimiento para la economía nacional.

Definitivamente yo creo que si no se hace de esta forma, si se quiere seguir haciendo lo mismo, vamos a seguir teniendo crecimientos mediocres. Sí vamos a tener crecimiento, hay potencial; la cosa es descubrir cómo sacarle más provecho a ese potencial. Este es el tema. En los últimos 40 años, insistió Gutiérrez Muguerza, hubo crecimiento, pero no fue suficiente.

Romero Tellaeche expuso que las empresas mexicanas no han podido acceder a una mayor transferencia tecnológica de aquellas que han llegado del extranjero, porque generalmente tienen sus centros de innovación en sus países de origen, ahí tienen sus diseños y es ahí donde desarrollan sus cadenas de suministro. Entonces, es muy difícil para las compañias mexicanas meterse a esas cadenas de suministro porque fueron planeadas fuera del país.

Tras citar como ejemplo a Grupo Deacero, se dijo a favor de crear empresas nacionales que generen cadenas dentro del país.

Pero si la política industrial consiste nada más en traer inversiones extranjeras, pues es lo mismo que pasó con el TLCAN; no hay innovación, advirtió.

Como parte de esta nueva política industrial, Gutiérrez Muguerza llamó a poner sobre la mesa un análisis sobre la cantidad de impuestos que pagan las empresas trasnacionales que han llegado a México, así como las concesiones que se les han dado, ya que muchas de ellas son irrisorias, y revisar si realmente están aportando valor, aparte del salario de la gente, si realmente aportan valor a la economía mexicana.

En cambio, propuso que la base debe ser crear un modelo que genere un piso parejo para las empresas mexicanas y que al mismo tiempo incentive la llegada de inversión extranjera.

Primero necesitamos piso parejo con el exterior y con el interior. Hay economías como la china y la asiática en general que subsidian productos, entran a precios irrisorios, muchas veces por debajo del costo de nuestras materias primas, para entrar, conquistar mercados y desarrollar su industria manufacturera en otros países. Por otro lado, el piso parejo interno tiene mucho que ver con la informalidad. Aclaró que este problema no se limita al comercio ambulante, sino que incluye a muchas empresas.

De manera adicional, consideró que el camino que debe hacer la industria nacional es el de la sustentabilidad ambiental. Afirmó que Grupo Deacero han logrado generar emisiones de dióxido de carbono por debajo del promedio mundial, así como ser pioneros en el reciclaje.

Otra meta que debe plantearse el país, consideró, es sustituir importaciones. Ante el déficit comercial de 110 mil millones de dólares, cambiar por lo menos una parte con producción regional generaría un crecimiento del producto interno bruto de al menos un punto, añadió.

A su vez, el director del CIDE señaló que el proceso de innovación no se puede conseguir de la noche a la mañana. En el caso del mercado asiático, se logró luego de décadas de que imitaron cadenas de producción de otras partes del mundo. Se requiere para ello un fase acumulativa que la industria, las universidades y el gobierno no pueden lograr por separado.

Para ello, dijo, será crucial el acervo intelectual del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento económico (IDIC), donado al CIDE. Se trata del resultado de cerca de 10 años de investigación del IDIC, donde hay una serie de volúmenes con muchísimas contribuciones de gente de muchas partes del mundo que da su visión sobre esto, y que puede ser un punto de partida para ir refinando y concretando esas ideas.

Dicho acervo está agrupado en 15 libros elaborados por unos 150 académicos de más de 40 universidades nacionales y extranjeras que participaron durante 11 años consecutivos con ensayos y una treintena de foros de discusión. En los documentos se plantean propuestas para el sector industrial y podrá ser consultado por estudiantes, investigadores y académicos. Posteriormente se difundirán en versión electrónica, adelantó Gutiérrez Muguerza.