Las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Salud (Ssa) comenzarán acciones a fin de que a partir de marzo se elimine la venta de alimentos ultraprocesados (comida chatarra) y bebidas preparadas en las escuelas, con base en los lineamientos que ambas dependencias emitieron el último día del gobierno pasado.

Emprenderán una campaña en los planteles sobre la alimentación saludable a fin de reducir el alto nivel de obesidad en menores de edad.

El titular de la SEP, Mario Delgado, ofreció el diagnóstico del que parten: según la Encuesta Nacional de Salud y Alimentación, hay 5.8, millones de estudiantes entre 5 y 11 años, así como 10.4 millones de alumnos de 12-19 años, con problemas de obesidad o sobrepeso.

Además, un estudio de opinión realizado por organizaciones no gubernamentales revela que en 98 por ciento de las escuelas se vende comida chatarra, en 95 por ciento bebidas azucaradas y en 79 por ciento refrescos.

En su oportunidad, la presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo que las normas entrarán en vigor y serán obligatorias tras 180 días de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (que se cumplen el 29 de marzo).

Será un proceso educativo, de formación, capacitación e información, de tal manera que en las cooperativas de los planteles se divulguen mensajes como: Es mucho mejor comer un taco de frijoles que una bolsa de papas; prefiere un agua de jamaica que un refresco, pues éste tiene mucha azúcar que daña tu salud, por ejemplo.

Durante la conferencia, Delgado señaló que la obesidad proviene principalmente del alto consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados. Destacó que 66 por ciento de la población infantil en México supera el límite máximo indicado por la Organización Mundial de la Salud de ingesta de alimentos con exceso de azúcares o sodio.

Adelantó que los productos que saldrán de las escuelas son los que contengan los sellos establecidos en la Norma 051 de salud: Ningún producto que tenga estos sellos puede venderse en las escuelas. Así de fácil, porque las infancias, las adolescencias pueden tomar decisiones saludables si tienen a su alcance alimentos saludables. Y la calidad de la alimentación no depende de los estudiantes, sino de los alimentos disponibles.

Entre algunos factores que considera la SEP es recomendar a los padres de familia destinar parte de los recursos que se les otorgan en el programa La Escuela es Nuestra para instalar bebederos de agua, que son fundamentales para que los estudiantes la consuman en lugar de bebidas azucaradas y carbonatadas.

Se capacitará a los responsables de las cooperativas escolares sobre este proceso de sustitución porque esto no se podrá hacer en automático, sino que asuman la importancia de esa decisión.

Tenemos que ir con ellos, tenemos la obligación como autoridad, y darles información, generar material para ellos, a fin de decirles qué no, pero decirles qué sí, y cómo pueden transformar en alimentos saludables lo que ellos venden.

El secretario adelantó que se emprenderá una estrategia de comunicación dirigida a maestros, padres de familia, tutores, responsables de las cooperativas, así como a los directores de las escuelas. La Secretaría de Salud proveerá las Guías para el Buen Comer y recetarios de alimentación saludable y económica sobre los productos más nutritivos para los estudiantes.