Promesas electorales en EU
o que engrandece la economía de Estados Unidos es la libertad, la apertura comercial y la recepción de migrantes. Durante cerca de 200 años este país fue tierra de grandes oportunidades, gracias a las características señaladas.
Ahora esta potencia vive un proceso inverso que frenará su desarrollo. En lugar de mantener sus fronteras abiertas al comercio, cada vez pone más trabas a las importaciones; en lugar de aceptar migrantes jóvenes, que son la sangre de su economía, construye muros más altos y le tiene miedo a los extranjeros, y en lugar de defender las libertades públicas y privadas, acota los movimientos y pensamientos de los ciudadanos.
Esta reversión de las bases de Estados Unidos se recrudece con las elecciones presidenciales. Ambos candidatos, Kamala Harris y Donald Trump, prometen imponer mayores barreras. Saben que los electores buscan más que nada protección y certidumbre y actúan en consecuencia.
Tanto Demócratas como republicanos señalan peligros poco realistas en materia de migración, comercio y falta de controles para mantener el orden. El más exagerado es Trump, quien promete impedir el paso a nuevos migrantes, sacar del país a los indocumentados, frenar todo tipo de comercio con China y cobrar impuestos hasta de 200 por ciento por la importación de automóviles de México. Además, amenaza a las empresas locales que invierten en el extranjero para que regresen sus capitales y generen empleos.
Las promesas electorales son un simple medio para llegar al poder. Pero de todo lo que se dice, algo quedará en los planes y programas de gobierno del próximo presidente.
Si Estados Unidos se cierra más frente a naciones competitivas, corre el peligro de perder eficiencia, empleos y exportaciones. Si las empresas no tienen acceso a materias primas, herramientas, personal, maquinaria y tecnología de punta de cualquier lugar donde se produzca, simplemente se atrasará y a la larga se estancará.
Los primeros que padecerán las consecuencias son los consumidores, que sólo tendrán acceso a productos más caros y de menor calidad. Pero lo peor es que Estados Unidos perderá más rápido su liderazgo en el mundo. Esperemos que los candidatos no cumplan sus promesas.