Cuando el 19 de septiembre pasado un equipo de musicólogos encabezado por Ulrich Leisinger dio a conocer el hallazgo de una partitura inédita de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y presentó un documento de autentificación, el mundo de la música reaccionó por igual con beneplácito que con dudas.

La historia del arte está llena de obras atribuidas a, en especial la pintura y la música, además de que los manierismos de época hacen pensar, siempre, en coincidencias estilísticas que pudiera confundir a los autentificadores.

El veredicto de los escuchas, en cambio, ha sido aplastante: “Sí, es Volfi”, exclama uno luego de escuchar durante días enteros esta obra cuya duración en la versión original para trío de cuerdas dura 12 minutos, y 17, la orquestación. El título no puede ser más mozartiano: Ganz Kleine Nachtmusik = Muy pequeña música nocturna.

La orquestación, estrenada mundialmente después de las otras dos versiones de cámara, el 7 de octubre pasado, sigue la lógica de una obra de título parecido: Eine Kleine Nachtmusik = Una pequeña música de noche, por cierto traducida melosamente como Pequeña serenata nocturna, y así es conocida en la industria de la música.

Rezuma alegría de vivir

La obra para dos violines y contrabajo fue escrita por Volfi Mozart cuando tenía entre 10 y 13 años, y resguardada desde entonces por su amada hermana Nannerl, quien la confió en vida al primer compilador de la obra de Mozart, aunque con ciertas reservas, porque temía que la obra no fuera comprendida a cabalidad y menospreciada, pues era de un niño.

Como Mozart conservó su alma de niño, su escritura musical fue siempre sonriente y desmadrosa, y eso escuchamos en su obra recién descubierta: la inmensa alegría de vivir que nos proporciona la música de Volfi.

He aquí las danzas, minuetos, bromas musicales, acertijos, juegos de palabras que amaba tanto y que escribía a Nannerl en sus muchas cartas, aquí traducidas en juegos de sonidos; también se aprecian los adagios mozartianos, la ternura de los movimientos lentos, las sonrisas de los rápidos, el baile, el gozo, la pureza de alma de Mozart.

El estreno mundial de las tres versiones de esta obra miniatura ocurrió originalmente en la plataforma Apple de la disquera alemana Deutsche Grammophon, y era un tanto injusto porque discriminaba a usuarios de Android. Por fortuna, ya están en Spotify.

Ahora, gracias a la nueva música de Volfi Mozart, el mundo es mejor, porque basta con decir Mozart para que uno sonría.