Los recursos de revisión promovidos por la Presidencia, la Fiscalía General de la República (FGR) y otras autoridades en contra de los actos de reparación a las víctimas y sus familiares, así como las omisiones cometidas en la investigación del paradero de Rosendo Radilla Pacheco, y que constan en la sentencia emitida por el juzgado noveno de distrito con sede en Guanajuato, serán resueltos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

En la sentencia se señala que se cometió terrorismo de Estado durante la guerra sucia, establece la realización de vuelos de la muerte y la comisión de delitos de lesa humanidad por parte de médicos militares que atendieron a detenidos, torturados por integrantes del Ejército entre 1970 y 1985.

Información obtenida por La Jornada señala que suman nueve los recursos interpuestos contra la sentencia que fue dictada en agosto de este año, y el pasado 10 de octubre, el juzgado noveno de distrito dictó un acuerdo en el cual específica que todos los expedientes relacionados con el cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos del 23 de noviembre de 2009 deben turnarse a la Corte.

Cuando se trata de recursos de revisión en un juicio de amparo, el expediente se turna a un tribunal colegiado para su resolución, sin embargo, la jueza Karla María Macías Lovera señaló que conforme al “párrafo 55 del considerando noveno de la resolución del expediente varios 912/2010, formado con motivo del cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el ‘Caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos (…) se ordena a todos los juzgados y tribunales federales del país que en caso de que tengan bajo su conocimiento algún asunto relacionado con el tema, lo informen a esta Suprema Corte para que ésta reasuma su competencia originaria o bien ejerza su facultad de atracción por tratarse de un tema de importancia y trascendencia”.

Macías señaló en su resolución del 10 de octubre que “la desaparición forzada de Rosendo Radilla es uno de los casos paradigmáticos de la llamada guerra sucia.