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Travesía hacia la noche, muestra de Ximena Cuevas, en el Museo del Chopo
 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de octubre de 2024, p. 5

La exposición Travesía hacia la noche, una película expandida en el espacio, que se inaugura hoy en el Museo Universitario del Chopo, no sólo es una historia de la videoartista Ximena Cuevas y del performer, cineasta, escritor y músico Ricardo Nicolayevsky (1961-2023), sino el relato de toda una generación que buscó una voz y un mundo propios, en un entorno de represión.

El punto de partida de la muestra, curada por Itala Schmelz, es la noche de 1980 en que los protagonistas, amigos de la infancia, aunque separados por la vida, se rencontraron en Hip 70, tienda de discos de rock que contaba con un foro artístico. Este momento, lleno de personajes excéntricos, quedó plasmado en el diario de Cuevas a manera de un guion que se retomó como base para armar una travesía nocturna que involucra al espectador.

Cuevas primero fue invitada a exhibir sus fotografías del punk en ese momento en México, tomadas cuando tenía 17 años. En vista de que la década de 1980 fueron años que rompieron toda frontera, le pareció imposible exponer unas fotografías enmarcadas en una pared, una tras otra, para hablar de una era que no cabía en encuadres.

De allí que la muestra empezó a salirse del marco, “igual que la vida de Ricardo, quien siempre me decía: ‘como tú y yo nunca encajamos en ningún lado, tuvimos que inventar nuestros lenguajes, nuestra geografía’, para vivir desde un México que en los 80 era de un sólo partido, una sola televisora, con una economía cerrada donde no entraba absolutamente nada de fuera. Y, dentro de esta cosa cerrada, una represión tremenda a la diferencia”.

Travesía hacia la noche habla de cómo los diferentes tenemos que crear nuestro mundo a partir de que no podemos existir en lo establecido. En esos años te mataban por ser gay, te metían a la cárcel; entonces, tuvimos que crear una realidad muy en la oscuridad. Era un castigo ser diferente.

Para la exposición, Cuevas se apropió de su guion, escrito originalmente en primera persona, en el que narraba una avenida Insurgentes que ya no existe, porque lo describo con el sonido de coches que pasan a toda velocidad; hoy sería el sonido de los coches embotellados. Hay, incluso, una descripción de cómo hablábamos en los 80. Hola, sexy, qué haces aquí. Palabras que ya no empleamos. Ahora, el personaje principal de Nicolayevsky.

La muestra está concebida como un filme en el que el espectador se adentra para activarlo. “Es una película museográfica, compuesta de fotografías mías de 35 milímetros y música de Nicolayevsky, incluido su Réquiem escrito semanas antes de morir, el 14 de junio de 2023. Hay películas mías y de él, muchas de éstas intervenidas por mí”, señala Cuevas a La Jornada.

El fallecimiento de Nicolayevsky reforzó su presencia en la exposición que se transformó en homenaje, apunta Schmelz.

En Travesía hacia la noche jugamos con la idea de montaje en un doble sentido, tanto cinematográfico, como museográfico. De allí que se convirtió en un filme en que se adentra el espectador.

“Esta exposición parte de la teoría de Siqueiros que está en el libro Cómo se pintura un mural. Él es principio absoluto del cine expandido, porque su teoría es que el espectador da vida a la obra con su movimiento”, detalla Cuevas.

La muestra se exhibe a partir de hoy y hasta marzo de 2025 en el Museo Universitario del Chopo (Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera).