Jerusalén. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, amenazó ayer a los libaneses con una destrucción y un sufrimiento como los que vemos en Gaza si no se liberan de Hezbollah, en una jornada en la que la milicia pro iraní lanzó cien cohetes contra la localidad israelí de Haifa.

Netanyahu aseguró que el sucesor del abatido líder de Hezbollah, Sayed Hasan Nasrallah, fue abatido por su ejército, al subrayar: hemos eliminado a miles de terroristas, incluido Nasrallah, y al remplazo de éste y al remplazo de su remplazo, publicó en X.

No reveló la identidad del sucesor de Nasrallah ni lo nombró de forma directa, si bien en las últimas semanas su primo, Hachem Safieddine, sonó como uno de los principales favoritos a sucederlo en el liderazgo de Hezbollah.

El premier instó a la sociedad libanesa a recuperar su país. Pueden devolver a Líbano a un camino de paz y prosperidad. Si no lo hacen, Hezbollah seguirá intentando luchar contra Israel desde zonas densamente pobladas a sus expensas, agregó.

Acusó al grupo de convertir Líbano en un arsenal de municiones y armas, así como en una base militar iraní avanzada. No importa si Líbano se ve arrastrado a una guerra más amplia. Cristianos, drusos, musulmanes, sunitas y chiítas, todos sufren a causa de la inútil guerra de Hezbollah contra Israel, dijo.

Señaló que el partido-milicia ha lanzado cerca de 8 mil misiles contra territorio israelí, lo que ha provocado la muerte de civiles. Hemos decidido hacer todo lo que sea necesario para que regrese nuestra gente sana y salva a sus hogares.

Organización quebrada

Poco antes, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que Hezbollah ya era una organización quebrada por los intensos bombardeos israelíes.

Tel Aviv siguió con sus bombardeos en el sur y el este del país, así como en los suburbios de Beirut, tres bastiones de Hezbollah.

La Agencia Nacional de Información libanesa ANI informó sobre una serie de bombardeos anoche que causaron destrucción masiva en el sur de Beirut.

El ejército israelí anunció que desmanteló un túnel del grupo islamita que partía del sur de Líbano y llegaba a territorio israelí.

Por su parte, el movimiento islamita reivindicó disparos de cohetes contra posiciones militares en el norte de Israel, incluida la ciudad de Haifa, hacia donde dispararon más de cien misiles, en el mayor ataque contra la ciudad tras un año de enfrentamientos, de acuerdo con el ejército israelí. La mayoría fueron interceptados y el saldo fue de una persona herida y varias viviendas afectadas.

Hezbollah también repelió a tropas israelíes que se infiltraron cerca de un puesto de la misión de paz de Naciones Unidas en el sur de Líbano.

En tanto, el vicesecretario general de Hezbollah, Naim Qasem, aseveró que las tropas israelíes no han logrado avances significativos en el sur de Líbano tras una semana de invasión, y reiteró que el grupo ha superado los dolorosos golpes sufridos tras la muerte de varios líderes, entre ellos Hasan Nasrallah, en bombardeos ejecutados por Israel.

En este contexto, aumentó la presión en el sistema sanitario por el elevado número de víctimas de los constantes bombardeos israelíes, hasta el punto de que los centros médicos necesitan con urgencia más suministros para poder salvar vidas.

Mientras, en Gaza, al menos 24 palestinos murieron en ataques aéreos israelíes en centro y sur del enclave, al impactar en un edificio residencial de cuatro pisos en el campamento de refugiados de Bureij con saldo de 16 muertos, mientras ocho personas perecieron cuando un dron israelí atacó una concentración de palestinos en una estación de abastecimiento de agua al norte de Rafah, informaron autoridades gazatíes.

En Damasco, siete civiles fallecieron en un bombardeo israelí contra un edificio residencial, informó el ministerio de Defensa.