Todos perdieron. Así, sin matices, con el desafortunado episodio de la pelea cancelada entre Omar Chávez, hijo del ídolo mexicano Julio César, y el medallista olímpico Misael Chino Rodríguez el sába-do pasado en Pachuca, Hidalgo.

De ese capítulo salieron afectados todos los involucrados, peleadores, promotores, el negocio de este deporte y el público, por la manera tan lamentable en la que se manejó un desacuerdo con el peso permitido a la hora del combate, consideró el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán.

Hay muchas versiones contradictorias en este episodio, pero quienes salen principalmente dañados son los peleadores y el boxeo mexicano, dijo ayer Sulaimán; entiendo que es por el bien de los peleadores para que no exista tanta disparidad a la hora de subir al cuadrilátero, pero se trató muy mal este tema.

El dirigente de organismo está asombrado por ese presunto peso arena, una disposición que la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México establece para evitar el rebote de kilos un día después del pesaje oficial.

La máxima autoridad era la Comisión de la Ciudad de México, ambos peleadores cumplieron con el pesaje oficial el viernes; lo que yo he visto toda la vida es que cuan-do das el peso obligatorio entonces ya hay pelea, de acuerdo al compromiso en el contrato, expuso.

Pero resulta que la Comisión de la CDMX tiene una cláusula o un acuerdo, que yo no lo conocía, y se les dijo que Omar y Misael no podían subir más de 4.5 kilos el día del combate. Lo lamentable es que no hubo pelea, agregó.

La polémica

Esta polémica surgió poco antes de que fueran anunciados para el combate la noche del sábado. La Comisión les exigió pesarse para cumplir con el peso arena, según el cual no les permite subir más de 4.5 kilos de lo que ha-bían marcado el día anterior durante el pesaje oficial del viernes. Chino había registrado 75.500 kilogramos y se volvió a subir a la báscula sin excederse del rango permitido en el peso arena. Omar se negó a repetir el requisito, con el alegato que un día antes ya había cumplido al dar 76.600 kilogramos; a regañadientes volvió a hacerlo, pero el sábado ya ha-bía subido 10 kilos respecto de lo que marcó el viernes como efec-to de la hidratación y el consumo de alimentos.

Rodríguez se negó a pelear en esas circunstancias y apeló a la advertencia que les hiciera la Comisión de la CDMX.

El lunes, dicha Comisión explicó que se trata de una regla que aplican para evitar que el día de la pelea el rebote enfrente peleadores en pesos muy desiguales. Es para prevenir accidentes, explicó.

Ayer, Zanfer, empresa que organizó la función y contrató a la Comisión capitalina, expuso mediante su director de operaciones, Guillermo Brito, que tal noción de peso arena no existe en el reglamento que aplica esa organización.

No existe en el reglamento (de la Comisión de la CDMX) esa disposición de no poder subir 4 o 4.5 kilos el día de la pelea. No existe tampoco eso del peso arena. Si lo van a implementar, está bien, pero que sea lógico. No se le pue-de pedir a un paja que suba cuatro kilos y a un supermedio que sólo aumente 4.5. Estoy de acuerdo que hay que proteger al peleador, pero lo común es que se pesen el día anterior al combate y al siguiente lleguen en otro peso y no pasa nada, expuso Brito.

El reglamento que rige a la Comisión de Boxeo de la CDMX fue aprobado el 10 de marzo de 2023. En el documento no existe mención sobre el peso arena ni del límite de kilos después de haber cumplido con el pesaje oficial.

El articulo correspondiente al pesaje es el artículo 60 del reglamento y no establece ningún peso arena para el día siguiente. No existe como reglamento en los tres artículos que se refieren a ese tema, concluyó Brito.