Con una enorme actuación del abridor Sean Manaea, los Mets de Nueva York se quedaron a un triunfo de avanzar a la Serie de Campeonato al vencer 7-2 a los Filis de Filadelfia y poner la serie 2-1 en su favor.

En el juego tres de la serie divisional de la Liga Nacional en los playoffs de la MLB, la ofensiva de los Mets se hizo sentir desde temprano en el juego. Pete Alonso explotó su bate en la parte baja de la segunda entrada, cuando aprovechó una recta y su equipo tomó la ventaja 1-0.

Jesse Winker aumentó la superioridad de los Mets con un vuelacercas solitario en la cuarta baja, para dejar la pizarra 2-0.

Con esto, Alonso llegó a su tercer jonrón de la postemporada y el 230 en su carrera

Los neoyorquinos no tuvieron piedad en el tercer juego, luego de la dolorosa derrota del duelo anterior. En el sexto episodio Starling Mar-te conectó un sencillo remolca-dor de dos carreras para el 4-0 en favor de los de la Gran Manzana.

Los problemas se acrecentaron para los Filis, cuando los Mets castigaron a sus relevistas en la fatídica séptima entrada. Nimmo, Bader y Alonso volvieron a embasarse y con la entrada de Ruiz a la lomita, Iglesias lo recibió con un sencillo a jardín central que permitió dos carreras más para el 6-0.

La ofensiva de Filadelfia tra-tó de buscar la remontada, pero sólo consiguió dos sencillos consecutivos concretados por Bryce Harper y Nick Castellanos.

En su primer juego en el Citi Field en más de dos semanas, Mets volvió a atacar en el octavo episodio y gracias a un doblete de Francisco Lindor puso el definitivo 7-2.

Manaea brilló en el montículo y se unió a un selecto grupo de lanzadores al registrar una salida de siete o más entradas, permitiendo una carreras y tres hits o menos en la historia de la postemporada del equipo. Este logro lo coloca junto a leyendas como Noah Syndergaard, Mike Hampton y Jerry Koosman, consolidando su lugar en la historia de los Mets.

Sean demostró también su capacidad para mantener a raya a una alineación peligrosa de los Filis. Con 19 swings fallidos, exhibió un control y una precisión excepcionales, recordando por qué es uno de los lanzadores más confiables del equipo.