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Develan memorial por los 200 años de la llegada de obreros ingleses a Mineral del Monte

Belem Oviedo presidió la apertura de un museo y de la mina de Dolores, uno de los yacimientos más emblemáticos del pueblo mágico hidalguense

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▲ El memorial representa a quienes llegaron al entonces pueblo minero de Real del Monte, provenientes en su mayor parte de la región de Cornualles, Inglaterra.Foto Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 8 de octubre de 2024, p. 3

Mineral del Monte, Hgo., Belem Oviedo Gámez, directora del Archivo Histórico y Museo de Minería AC, encabezó la ceremonia del corte de listón del Memorial al minero inglés, a 200 años de la llegada a Mineral del Monte, Hidalgo, de inmigrantes provenientes de Reino Unido para trabajar en yacimientos de Pedro Romero de Terreros y Rodríguez de Pedroso, tercer conde de Regla.

Asimismo, presidió la apertura al público, por primera vez en 200 años, de la mina de Dolores, una de las más emblemáticas del también pueblo mágico de Mineral del Monte, en cuya entrada se colocó el Memorial al minero inglés.

La estatua de metal, de 1.90 metros de altura, representa a uno de los 191 mineros, acompañados de siete mujeres y tres niños, que entre 1824 y 1825 llegaron al entonces pueblo minero de Real del Monte, provenientes en su mayor parte de la región de Cornualles, Inglaterra, aunque también había algunos de Escocia e Irlanda.

Según Belem Oviedo, la emigración de Reino Unido a Mineral del Monte duró aproximadamente 140 años.

Acompañada por los entusiastas pobladores de Mineral del Monte, muchos de ellos descendientes de esos mineros ingleses que decidieron residir de forma definitiva en el pueblo, donde formaron extensas familias, y cuyos restos mortales reposan en el Panteón Inglés, ubicado en las afueras de la comarca, Oviedo Gámez explicó que el 4 de febrero de 1824 se creó en la ciudad de Londres, Inglaterra, la denominada Compañía de Aventureros de las Minas de Real del Monte.

Puntualizó que se llamaba aventureros al grupo de empresarios que fundaron esa firma minera, la cual dio origen tiempo después a la Compañía Real del Monte y Pachuca, encargada de explotar las minas de plata y otros metales ubicadas en esas dos localidades.

Los aventureros se quedaron en Inglaterra, pero reclutaron y enviaron a México a 191 ingleses que, tras una larga travesía por barco, llegaron a Tampico y Veracruz, y de esos puertos se trasladaron por vía terrestre a Mineral del Monte con máquinas de vapor para extraer metales, junto con mineros mexicanos.

Los hombres y mujeres del otro lado del mar no vinieron solos. Sueños, costumbres y creencias los acompañaron, y poco a poco los mexicanos que vivían en Mineral del Monte los hicieron suyos, explicó Oviedo Gámez, como el culto a la religión metodista y el gusto por elaborar y degustar pastes.

También fueron los mineros ingleses los que iniciaron la práctica del futbol soccer en México: de acuerdo con lo que dice la placa informativa colocada junto al memorial, en 1894 un grupo de ingenieros ingleses fundó el equipo Pachuca Athletic Club.

De igual forma, con la llegada de los ingleses, el paisaje minero de Mineral del Monte se transformó debido a la maquinaria pesada movida con vapor, que se puede observar en el museo de la Mina de Dolores.

La historia contada en los acervos

Tras el corte de listón inaugural del Memorial al minero inglés, Belem Oviedo, junto con el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Hidalgo, Osvaldo José Sterpone, y representantes del ayuntamiento de Mineral del Monte, hizo la primera visita guiada por el museo de sitio en la mina de Dolores, que se divide en dos partes.

La primera corresponde a la historia de la mina en sus inicios, en particular, al desarrollo que tuvo en el siglo XIX, con la llegada de los trabajadores y la maquinaria de Inglaterra, y la segunda, a las actividades que se desarrollaron en el siglo XX.

La joya de la corona del museo de sitio, según Oviedo, es el cuarto donde se encuentran las gigantescas calderas de metal, ubicadas en el suelo del lugar, cuyo vapor era usado para mover la maquinaria pesada dedicada a extraer los metales.

Explicó que cuando terminó la actividad en la mina de Dolores, las calderas fueron tapadas con cemento. Al momento en que el museo citado realizó el rescate histórico, descubrieron que las calderas, construidas en Cornualles, Inglaterra, en 1888, de acuerdo con las inscripciones que se pueden leer en las tapas, se encontraban en perfectas condiciones, pese a que muchas aún tenían agua.

También hay malacates, que son equipos diseñados para jalar y subir de manera vertical u horizontal materiales de forma segura, así como carritos donde transportaban los minerales extraídos por medio de rieles.

En entrevista con La Jornada, Belem Oviedo explicó que el museo es propietaria sólo de la parte superficial de la Mina de Dolores, donde hay cuartos de máquinas, y oficinas, por una donación de la Compañía Minera Real del Monte y Pachuca, pero no del subsuelo, por lo que no será posible hacer visitas a las galerías ubicadas donde laboraban los mineros.

Entrar a la mina no va ser posible, porque la asociación es propietaria de la superficie, pero la empresa minera es dueña de los fondos mineros. Para introducir a visitantes se requiere de un permiso especial, porque, si no lo tiene, la Secretaría del Trabajo podría incluso cerrar la mina, la cual, jurídicamente, sigue en funciones.

Aclaró que los objetos usados para la actividad minera fueron donados por la misma empresa y que en el caso de algunas pinturas, por los artistas que las elaboraron.

Dijo que la asociación es propietaria de cuatro museos: el de Minería de la Ciudad de Pachuca y tres ubicados en Mineral del Monte: el Museo de Sitio Mina de Acosta, el de Medicina Laboral (parte del Centro Cultural Nicolás Zavala), el de Sitio y Centro de Interpretación Mina La Dificultad y el de la Mina de Dolores, recién abierto al público.

Comentó que para dar mantenimiento a esos museos, la asociación requiere mucho dinero, por lo que se hace un cobro de entrada casi simbólico a los visitantes, aunque también reciben donaciones de particulares.

Apuntó que a pesar de las dificultades financieras por las que pasa la asociación, la puesta en marcha de esos espacios museísticos ha propiciado la revaloración de la cultura minera de quienes la crearon: los mineros y sus familias, así como por los ciudadanos y visitantes, entre los que predominan estudiantes.

Agregó que 90 por ciento de los guías del museo son obreros jubilados o descendientes de mineros, y que un sector de la población trabaja de guías o en otras actividades derivadas del turismo, donde han encontrado una alternativa laboral, y no optar por emigrar a Estados Unidos.