Sí hay motivos para festejar: Consejero del Frayba
despertó la conciencia de los pueblos
Lunes 7 de octubre de 2024, p. 33
San Cristóbal de Las Casas, Chis., El Congreso Indígena celebrado en 1974 en San Cristóbal significó el despertar de la conciencia de los pueblos originarios de Chiapas, por lo que hay motivos para celebrar medio siglo después, afirmó Jorge Santiago, miembro del consejo del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), y quien participó en la organización del encuentro.
Consideró que la reunión, realizada del 13 al 15 de octubre de 1974, fue también la semilla
para que en la diócesis de San Cristóbal que encabezaba el obispo Samuel Ruiz García, se descubriera la necesidad de impulsar lo que llaman la teología de la liberación y tener un compromiso político con las causas sociales
.
En entrevista, sostuvo que el Congreso Indígena en el que participaron tsotsiles, tseltales, tojolabales y choles, “fue significativo porque en realidad creó una conciencia de la identidad de los pueblos, de la posibilidad de una palabra propia y de enfrentar la lógica del Estado.
Mostró cómo está construido el sistema, porque en el análisis de la tierra se dieron cuenta cómo el sistema controlaba y dominaba a través de la Secretaría de la Reforma Agraria
en la que había solicitudes de reclamos históricos de más de 40 años
.
Santiago recordó que la reunión se llevó a cabo a iniciativa del entonces gobernador Manuel Velasco Suárez, junto con una asociación civil, para celebrar los 500 años del nacimiento de Fray Bartolomé de las Casas, primer obispo de Chiapas y defensor de los indígenas.
Sin embargo, refirió, “como se dieron cuenta de que no sería fácil hacer la convocatoria sólo a través del gobierno estatal y la agrupación, le plantearon a don Samuel la idea de convocarlo y aceptó. Yo fui parte del grupo organizativo. Un año llevó la preparación.
Tierra, comercio, salud y educación, los temas
Fueron cuatro temas a tratar en el Congreso: la tierra, el comercio, la educación y la salud. Los pueblos acordaron que no sería un congreso para que alguien les dijera qué hacer; es decir, que hubiera ponencias hacia los pueblos, sino al revés
, expresó.
Jorge Santiago comentó que en cada zona los pueblos prepararon ponencias en sus lenguas sobre esos cuatro temas. El congreso sirvió para mostrar la voz de los pueblos. Fue en un momento histórico complejo. En la inauguración estaban don Samuel, el gobernador y otras personas, pero no les dieron el micrófono, sólo el gobernador que inauguró. Fue la voz de los pueblos
.
Destacó que fue un acto de la diócesis convocado por el gobierno y el lema fue la igualdad en la justicia. El congreso fue significativo porque en realidad creó una conciencia de la identidad de los pueblos, de la posibilidad de una palabra propia
.
Además, subrayó, la reunión les generó la idea
de que era necesario organizarse, pues sería lo único que los salvaría
, y a partir de entonces se crearon muchas agrupaciones y movimientos en diferentes regiones del estado. Llegaron a la conclusión de que los nuevos fray Bartolomé de Las Casas son los pueblos; los que van a hacer la defensa de su situación
, apuntó.
Señaló que “uno de los puntos que consideró importante del congreso es el surgimiento de una conciencia organizativa buscando cambiar las situaciones que se mostraron ahí, la problemática de la injusticia, la discriminación de un Estado que es el que de alguna manera representa los intereses de un grupo, de una clase.
Y parece que eso no era la idea del gobernador; se salió de control en el sentido de que no fue la conmoración como alabanza, sino la creación de esa conciencia y por eso ahora se considera que es importante porque se ve como uno de los antecedentes de varios procesos
.
–¿Podría decirse que el Congreso Indígena fue de alguna forma el embrión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)?
–Hay una especie de avenidas que se crearon y siguen presentes. El EZLN, por ejemplo, tuvo sus zonas tseltal, chol, tsotsil y tojolabal. Fue un marco no ajeno a la realidad. Eso le ha dado una fuerza. Cuando el EZLN hace un caracol o municipio autónomo se respeta esa identidad como base fundamental del ser de los pueblos.
Santiago manifestó que la preparación de la reunión tuvo mucho que ver Ruiz García, “pero no se habló sobre religión.
La convocatoria se hizo por medios oficiales: los municipios y agencias rurales, pero como resultado de los acuerdos, en una asamblea diocesana realizada un año después, don Samuel dijo que esta diócesis optaba por los pobres, es decir por acompañar estos procesos”.
Insistió en que hay que celebrar los 50 años del Congreso Indígena porque estamos ubicados en una posibilidad mayor que el Estado, en una dinámica de la vida más allá del poder. Celebrar el Congreso es para no olvidar. Hacer memoria implica no olvidar
.
–¿Hay motivos para celebrar los 50 años?
–Sí, en el sentido de que la celebración entra en la lógica del tiempo, es decir, cómo es que se dan estas posibilidades de hablar de 1974 a 1994 que están vinculados en la dinámica del tiempo. ¿Por qué no celebrar que hay una resistencia histórica que tiene una base sólida de una capacidad de defender la vida, de no quedar atrapados en la estrategia del Estado?
“Pienso que eso se celebra, pues los pueblos mantienen una esperan-za, porque van a mostrar que pueden de alguna manera trascender la dinámica de la dominación, de la estrategia del control, del engaño.
Citó que en el contexto del año jubilar, la diócesis de San Cristóbal realizó la semana pasada un congreso para recordar los 100 años del nacimiento de Ruiz García, los 50 del Congreso Indígena y 10 del Congreso de la Pastoral de la Tierra. Además, diversas organizaciones que nacieron como resultado de la reunión de hace medio siglo, preparan un encuentro en Ocosingo del 13 al 15 de este mes.