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Pide OMS a gobiernos más coordinación para enfrentar el contrabando de cigarros

Se requieren metas colectivas para enfrentar una peste que mata a la mitad de los fumadores

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▲ Los objetivos de la industria y de la salud pública son irreconciliables, afirma Rodrigo Santos Feijo.Foto La Jornada
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▲ Los jóvenes son más vulnerables al comercio ilegal de cigarrillos, destaca la OMS.Foto Jesús Villaseca
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 6 de octubre de 2024, p. 15

Santiago. Para que los gobiernos sean más eficaces y eficientes en atacar el comercio ilícito de cigarrillos y en elevar el rendimiento de las políticas contra el tabaquismo, debe haber una estrategia país que involucre a múltiples órganos públicos, afirma Rodrigo Santos Feijo, gerente del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco.

Por ejemplo, que los ministerios de Hacienda y de Salud dialoguen periódicamente, intercambien información y diseñen metas colectivas para enfrentar una peste que mata a la mitad de los fumadores, que origina un enorme gasto en salud y significativas pérdidas a la economía.

Los países deben reconocer la importancia que sus ministerios hablen entre ellos, esos sectores deben coordinarse para discutir las políticas en control del tabaco y de eliminación del comercio ilícito, dice.

El Protocolo es un tratado internacional que persigue eliminar todas las formas de comercio ilícito de productos de tabaco mediante un conjunto de medidas que deben adoptar los países en cooperación entre sí, es decir, una solución mundial a un problema mundial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 30 por ciento del comercio internacional de cigarrillos deriva hacia el contrabando y, según el Banco Mundial, la pérdida anual de ingresos por impuestos al tabaco asciende a 40 mil millones de dólares.

En sus seis años de vigencia, el Protocolo ha sido suscrito por 88 países (México no está entre ellos) de los que 69 lo ratificaron, siete de ellos latinoamericanos: Brasil, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Uruguay (Colombia lo firmó, pero no lo ratificó aún).

El Protocolo complementa al Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), un pacto global impulsado desde 2004 por la OMS y que tiene 186 miembros.

Más allá de cronologías entre uno y otro, hay también otras explicaciones para esa marcada diferencia.

El CMCT atañe claramente al sector salud, mientras el Protocolo está en el marco de los ministerios públicos, de finanzas, las aduanas, las cancillerías y ahí quizá sea más lento el proceso de adopción, explica.

Muchos países participan como observadores del Protocolo y están comprendiendo las ganancias que pueden obtener, hay un trabajo de cooperación internacional entre los que son partes y los interesados, agrega.

Menciona que México y Chile son dos de los interesados.

El seguimiento, el control

Otro punto relevante que impulsa el Protocolo es la construcción de un sistema global de seguimiento y localización del comercio de cigarrillos, para lo cual secretariado del CMCT anunció en febrero un plan piloto en el cual los miembros del Protocolo pueden intercambiar información acerca de envíos.

La tecnología está, cada parte tiene que registrar su administrador, explica.

“El sistema global necesita de sistemas nacionales para construir un régimen internacional de seguimiento y localización, para que funcione necesitamos que los países desarrollen sus sistemas nacionales o regionales.

Para lograr esa meta estamos avanzando en apoyar a países para que desarrollen sus sistemas nacionales.

Una condición es indispensable: que sean independientes de la industria del tabaco.

Eso lo acordaron los países porque se conocía el intento de las tabacaleras de ofrecer su propio sistema, su solución, pero los objetivos de la industria y de la salud pública son irreconciliables, ellos quieren vender y nosotros reducir el consumo. El sistema de seguimiento y localización no es para que la industria tenga autenticidad, sino para que los gobiernos tengan el control de la producción de un producto que mata a la mitad de sus consumidores.

Los pendientes

Santos Feijo detalla las prioridades del trabajo a su cargo: 1) Avanzar en que más países suscriban y ratifiquen el Protocolo; 2) que los países partes apoyen a otros para avanzar en definir sistemas de trazabilidad, hemos empezado con la aprobación de un mecanismo de asistencia, hacer ejercicios de evaluación de necesidades para implementar protocolo; 3) impulsar la cooperación y coordinación, hay un paquete de medidas para el control de la cadena de suministro; trabajar de manera aislada no es suficiente, es necesaria la cooperación; 4) que las medidas legales sean tan fuertes para disuadir, porque el comercio ilícito de tabaco no puede ser considerado como menos importante, hay que comprender el impacto que tiene.

La OMS considera que los sectores de mayores ingresos son menos propensos a comprar cigarrillos de contrabando, pues al contar con ingresos suficientes no consideran necesario correr el riesgo de adquirir productos que no hayan cumplido con las normas legales. Los cigarrillos de contrabando están dirigidos principalmente a las poblaciones de bajos ingresos y a los jóvenes, quienes generalmente disponen de menos dinero para gastar.