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Conviven en el Met un mandala de nuestro tiempo con la antigua iconografía del Tíbet
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▲ Instalación Biografía de un pensamiento, del artista Tenzing Rigdol, que forma parte de la exposición Mandalas: Mapeando el arte budista del Tíbet, que se exhibe en el Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York.Foto cortesía del Met
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2024, p. 3

El artista Tenzing Rigdol elaboró un mandala de nuestro tiempo para el Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York, el cual se exhibe junto a los antiguos diagramas del universo elaborados en el Tíbet hace ocho siglos. Un Buda conectado a teléfonos celulares, los rostros de Julian Assange y George Floyd se plasman en el colorido diagrama para expresar los conflictos actuales que se confrontan con la sabiduría budista.

Ahora es el momento de limitar tu pensamiento. Sólo toma asiento. Cálmate, recomienda el creador de origen nepalí, quien en su trabajo entrevera la iconografía tradicional budista con elementos contemporáneos para abordar su propia historia de diáspora.

Mentes inestables

La instalación Biografía de un pensamiento, creada por Rigdol, además de expresar ideas centrales del tantra, interpreta el mundo creado por mentes inestables y cómo surgen los conflictos.

Ahí tienes el bombardeo a Hiroshima y Nagasaki, uno de los eventos más impactantes en la historia mundial, y las Torres Gemelas. Cuando hacía el boceto ocurrió el incidente de George Floyd; toda esta ira, frustración. Y luego está la muy triste, especialmente en Estados Unidos, violencia armada de los niños, señala Rigdol en una entrevista publicada por el Met para describir elementos que se observan en su reciente trabajo disponible al público hasta enero de 2025.

“Pensé que sería interesante incluir a estos denunciantes: Haugen, Manning, Snowden, Assange, individuos que nos están diciendo: ‘estas cosas están pasando’, pero esta atención es drenada de nuestro sistema por el uso excesivo de la tecnología, como los iPhone.”

El Met inauguró el pasado 19 de septiembre la exposición Mandalas: Mapeando el arte budista del Tíbet, una deslumbrante experiencia visual que proporciona una hoja de ruta para comprender el culto budista del Himalaya a través de sus primeras obras maestras.

Diagramas del universo

Un mandala es un intrincado diagrama del universo, un mapa de la verdadera realidad que se utiliza para enseñar el camino hacia la iluminación en la práctica budista, se explica sobre esta muestra en uno de los museos más famosos y visitados del mundo.

Pinturas al temple, pigmentos del color y oro estampados sobre algodón y hojas de palma conforman algunas de las piezas colocadas para recibir la vista del público en la Gran Manzana. Más de 100 pinturas, esculturas, textiles, instrumentos musicales y objetos rituales, la mayoría fechados entre los siglos XII y XV, son el medio para explorar el arte devocional budista del Himalaya.

La selección que se muestra proviene del acervo del Met, así como de préstamos de colecciones privadas y públicas, incluidos dos mandalas tibetanos muy antiguos, exquisitos manuscritos ilustrados de Prajnaparamita y Gandavyuha en hojas de palma, junto con importantes retratos monásticos de los siglos XII al XIV, incluidos los de Atisha y Shakyashri Bhadra, dos monjes indios que ayudaron a llevar las enseñanzas budistas al Tíbet, y el préstamo de un par de retratos que parecen gemas de los fundadores del monasterio de Taklung.

El museo señaló en su comunicado oficial que cada sala abordó un aspecto importante de la producción artística del Tíbet: maestros que interpretaron textos esotéricos y linajes monásticos establecidos, bodhittavas que ayudan en el camino espiritual de los devotos, protectores que libran al mundo del mal y cuidan las enseñanzas budistas y deidades tántricas como evocaciones de la iluminación. El último núcleo temático contiene un grupo de obras seminales de mandalas y complejos diagramas que integran deidades e iconografías mostradas en las salas anteriores.

Tanzing fue comisionado para la creación de obras contemporáneas exhibidas en un atrio en juxtaposición con las reliquias asiáticas. El artista de 42 años elaboró cuatro paneles monumentales que rodean la sala, un área que se sintió muy espiritual, de forma hexagonal y con la luz del cielo que atraviesa el vitral del techo. Las alfombras decoradas invitan a sentarse, contemplar y calmar la mente. Casi parecía que el propio espacio podía ser un mandala, sostiene en un video difundido por el Met.

En uno de los textos tántricos Padmasambhava, un maestro fundador del budismo en el Tíbet, dijo que la naturaleza de uno mismo es como un pez que salta del océano y ve el cielo por primera vez. Dedicarse a observar las nubes o el agua lo llama 15 minutos de iluminación, parafraseando a Andy Warhol.

Trato de explorar la quintaesencia de la idea tántrica por excelencia de la universalidad y la unidad, así como cuán intrínsecamente interconectados estamos todos, razona el artista. Se dice que cuando Buda alcanzó la iluminación, miró una hoja y en ella vio estrellas, lluvia, tierra, aire y, en esencia, vio interdependencia.

En estas pinturas incluyó un elemento que se repite en sus obras: autorretratos con la cabeza envuelta con vendajes, lo que simboliza que es ignorante: no sé todo, pero lo poco que sé lo comparto contigo. Entonces el viaje puede comenzar.