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Triunfa la ultraderecha en Austria, aunque sin posibilidad de gobernar
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de septiembre de 2024, p. 31

Viena. Cinco años después de haber experimentado la debacle, la extrema derecha austriaca logró ayer una victoria histórica en las legislativas, aunque sin garantía de poder gobernar.

Saboreen este resultado. Juntos hicimos historia. Lo que hemos logrado supera todos mis sueños, declaró el líder de la ultraderecha de Austria, Herbert Kickl, a sus partidarios reunidos en Viena.

El Partido de la Libertad (FPÖ) obtuvo 28.8 por ciento de votos, lo que significa un incremento de 13 puntos con relación a los comicios de 2019, según el escrutinio de casi todos los sufragios.

Los conservadores de la actual formación gobernante, el Partido Popular de Austria ÖVP, liderados por el canciller Karl Nehammer, quedaron en segundo lugar con 26.3 por ciento.

No logramos alcanzar a la extrema derecha, lamentó Nehammer al dirigirse a sus partidarios.

Pero Kickl está lejos de tener garantizado el puesto de jefe del gobierno y puede incluso quedarse fuera de un gabinete de coalición, ya que ningún partido quiere asociarse con su formación.

En un mensaje luego de conocerse las primeras proyecciones, el líder afirmó que el país debe volver a conectar con las necesidades de la población. Nuestra mano está tendida en todas direcciones.

En un contexto de auge de los partidos de extrema derecha en Europa, esta formación fundada por ex oficiales nazis en 1956 registra mejores resultados de lo que pronosticaban los sondeos.

La extrema derecha se benefició de la frustración por la elevada inflación, la guerra de Ucrania y la pandemia del covid-19. También aprovechó la preocupación por la inmigración.

En su programa electoral, titulado Fortaleza Austria, el Partido de la Libertad aboga por la remigración de los extranjeros no invitados, por lograr una nación más homogénea mediante un férreo control de las fronteras y la suspensión del derecho de asilo mediante una ley de emergencia.

Tras cinco años de una alianza inédita de conservadores y ecologistas en el poder, el avance de la ultraderecha supone un sismo en Austria, donde el FPÖ integró el gobierno previamente, pero nunca encabezó una votación nacional.

Kickl despierta el miedo, el FPÖ siempre se agita y nunca tiene nada constructivo qué aportar, aseguró Theres Friesacher, investigadora de 29 años entrevistada por Afp a la salida de un colegio electoral en Viena, recordando el caos y la corrupción cada vez que estuvieron en el Ejecutivo.

Este ex ministro del Interior, de 55 años, hizo campaña en estos comicios, en los que más de 6.3 millones de personas estaban llamadas a votar de los 9 millones de habitantes del país, con consignas como Atrévete a probar algo nuevo.

El FPÖ integró el Ejecutivo por primera vez en 2000, lo que desató protestas en el país y sanciones de la Unión Europea.

En la campaña Kickl fustigó las sanciones del bloque contra Rusia, atacó al gobierno saliente y reivindicó el concepto de la remigración, que implica despojar de la nacionalidad a personas de origen extranjero que considere que no se hayan integrado al país.