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Con festival, cientos de jóvenes despiden al presidente López Obrador
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▲ Una efigie del tabasqueño también participó de la alegría en el Monumento a la Revolución.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de septiembre de 2024, p. 7

Como agradecimiento de despedida y, sobre todo, para dejar el mensaje de que la revolución del amor, unida a la de las conciencias, cuidará el legado del movimiento obradorista, del humanismo mexicano, ayer en el Monumento a la Revolución se llevó a cabo el festival Hasta siempre, Presidente.

Con la frase la banda te va a extrañar, el encuentro reunió, desde las 11 hasta las 21 horas, a intérpretes de diferentes géneros, entre ellos, al flautista Horacio Franco y las bandas de ska y rock La Tremenda Korte y Los Estrambóticos.

Organizado por simpatizantes de la 4T para reconocer la obra de gobierno de López Obrador, muchas agrupaciones y solistas participaron de manera solidaria en el acto gratuito, como parte de una iniciativa totalmente orgánica, ciudadana, de amor, libertad y convivencia.

El ágape de despedida pejista incluyó una función de lucha libre con los héroes del pancracio, como Morfosis, Reiyel y Cometa Maya, Elipse, así como Tempo y Tao Tao. También, Shere Khan, Sol y Águila Roja, que lucharon contra Black Shadow II Jr, Maniak Kop y Cerebro Negro Jr. En la estelar, Ciclón Ramírez Jr, Éxtasis y Radioactivo se enfrentaron a Hijo del Pirata Morgan, Flamita y Argenis.

Se escuchaban las mentadas de madre a los rudos, mientras la música comenzaba a reunir al público que disfrutaba del maestro Franco, que, debido al clima, tocó sólo una pieza.

Salió el rapero Sieck, conocido por sus rolas a favor de la 4T y de la mexicanidad. Apareció en tres ocasiones en el escenario, en una de éstas soltando su rima con Bola de coguptos. Luego vino la trova del estado de Guerrero de Carlos Villalobos; The Evil Ones, banda que detonó el primer slam, pese a que la lluvia comenzaba. Los Evil Ones tuvieron de invitados a la Banda Allegrissimo (vestidos de payasos) y, juntos, calentaron el cemento de la plaza revolucionaria.

Antes de que Vórtice Ensamble diera cátedra de música mexicana con cuerdas, Rocío Jaramillo, luchadora social, cantó una rola de Los Tigres del Norte, América. Vino el rockabilly de Eddie y Los Grasosos, slameando con todo y contrabajo. ¡Es un honor estar con Obrador. Vamos con Sheinbaum!, dijo el líder del grupo, Eddie.

Lo secundó Iván Lachi, trompetista y cantante, que convocó con sus sonidos jamaicanos sound system del cóver Take Five, de Dave Brubeck, y otro del grupo Antidoping. Para entonces, ya no tenía playera, sino calor.

Tláloc daba avisos para que los presentes compraran hules y paraguas, porque la fiesta no iba a parar, más por las arengas a favor de AMLO que nunca cesaron.

El carnaval, cuyo quorum se contaba por miles, siguió en la Plaza de la República con 16 actos que dirigieron la fiesta de despedida, con músicos de apoyo abierto.

Ska y slam

Los chilangos pejelovers siguieron degustando rolas, y fueron Chino y su Gala, liderada por Héctor David Carrillón, que tocaron temas ska que el músico aportó para Salón Victoria. Eso sí, Chino pidió pura nena, y ellas le entraron al brincoteo que calentó los cuerpos ante el chipi chipi.

El bang-bang de la banda, es decir, el salta y salta de los jóvenes, siguió las huellas de La Tremenda Korte –con tres décadas de trabajo en tarimas– que ofreció shots eskaceros, como Total, cóver skabolero del original del tema escrito por el cubano Ricardo García Perdomo que inmortalizó Bienvenido Granda.

“Es una celebración de la democracia mexicana. Es un honor poder cabalgar con un ser que ha unificado, desde que estábamos aquí (en el monumento), tocando contra el desafuero de AMLO y ahora, cabrones, estamos celebrando. La transformación apenas comienza y con el puño izquierda arriba, todos unidos: soldados obreros, granaderos…”, dijo Manuel Corona, de La Tremenda Korte.

Luego interpretaron Ni un paso atrás. Antes se rifaron con Antinazi/Peace. Para ese momento, la plaza casi estaba llena.

La Orqueska International regaló su rocksteady piqui y reggae con piezas originales y cóvers de algunas de las rolas más representativas de esos géneros, como One Step Beyond, de Madness. Invitó al escenario a Poncho Figueroa, de Santa Sabina, para interpretar Azul casi morado. El buen Armando Palomas también subió y gritó ¡Viva la Cuarta Transformación!

Malditos de Corazón, grupo que formó Sax, se aventaron Pachuco y Pobre de ti, y el slam se perpetuó.

Uno de los grupos más esperados, Los Estrambóticos, continuaron con la cargada ska, su sonido identificable en el panorama nacional desde hace más de 30 años. Cantaron rolas como La herida y Camino a ninguna parte, que dotaron de resortes a piernas que se animaron con el slam.

Los chilangos pejelovers disfrutaron de mucho ska, pero también de electrocumbia y rap. Los JRS (La Sangre Nueva) presentaron su cumbia sonidera para mover el bote y que la gente siguiera dándole gracias al político.

El respetable gozó también con Raymix, conde de la cumbia hecha con grooveboxes, que abiertamente ha apoyado a López Obrador, no podía desaprovechar la oportunidad de respaldarlo más. Tiró al aire de la Plaza de la República éxitos como Oye, mujer.

Alemán, rapero en boga, culminó el acto de devoción por una figura casi sacra para muchos de los reunidos.

Hasta el cierre de esta edición, seguía soltando beats con su flow que se quedó impregnado en el alma de los seguidores del tan “querido cabecita blanca”.