Mundo
Ver día anteriorViernes 27 de septiembre de 2024Ediciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
El Kremlin insta a esperar detalles de la nueva doctrina de armas atómicas

Analistas critican que Rusia sólo amenaza para que Ucrania no emplee misiles occidentales que lleguen a Moscú

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 27 de septiembre de 2024, p. 22

Moscú. Hasta que se publique el decreto presidencial con la versión actualizada de los Fundamentos de la política del Estado en materia de disuasión atómica, documento que se ha dado en llamar doctrina nuclear de Rusia y que tiene que concordarse con la estrategia de seguridad nacional y la doctrina militar, no se podrá saber hasta qué punto los ajustes que anunció antier el titular del Kremlin, Vladimir Putin, modifican de modo drástico la actitud oficial hacia el eventual uso de su devastador arsenal.

Por lo pronto, en su breve intervención, Putin en ningún momento hizo afirmaciones categóricas en el sentido de que Rusia usará de inmediato sus armas atómicas si se da cualquiera de los supuestos que mencionó antier. Dejó entrever que no excluye recurrir a su arsenal nuclear y, con la deliberada falta de precisión, generó más preguntas que respuestas.

Acosado por los reporteros, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, aclaró ayer que la doctrina nuclear mantiene su vigencia: “Ahora se formularon los ajustes a un documento. Les pido que escuchen con atención: son los Fundamentos de la política del Estado en materia de disuasión atómica. Se trata de un documento, el cual junto con otros que llamamos extraoficialmente doctrina nuclear determinan nuestro proceder en este ámbito. Y ayer (miércoles) el presidente mencionó los ajustes principales”.

A las preguntas de la prensa de cuándo se prevé que entren en vigor esos ajustes o si se va a publicar la versión actualizada de la doctrina nuclear de Rusia, Peskov dio una respuesta tajante: En este momento no lo sé.

El portavoz subrayó que la necesidad de ajustar ese protocolo es un aviso a los países hostiles (Estados Unidos y sus aliados de la alianza noratlántica) de las consecuencias que tendría su participación en un ataque contra nuestro país por distintos medios, no obligatoriamente nucleares, en alusión a la posible autorización que se debate en estos momentos para el uso de sus misiles de largo alcance en territorio ruso.

Para Peskov, los cambios obedecen, entre otras razones, a la confrontación sin precedentes provocada por la participación directa de Occidente, incluidas potencias nucleares, en el conflicto de Ucrania.

Analistas militares –Yuri Fiodorov y Serguei Auslender, por mencionar sólo dos– se preguntan hasta qué punto está dispuesto el Kremlin a atacar a una potencia nuclear, lo que tendría una inevitable respuesta también demoledora.

Señalan que Rusia lanza su advertencia sin aclarar qué entiende por ataque masivo (¿50 misiles o drones, 100, 500 o cuántos?) o cuándo se crea una amenaza crítica a su soberanía. Tampoco comprenden qué quiso decir el jefe del Ejecutivo ruso cuando enfatizó que de tener información fiable de que comenzó un ataque nuclear contra Rusia va a sopesar la posibilidad de responder con su arsenal de ese tipo, cuando el primer misil enemigo impactaría en cuestión de minutos.

El fallo del proyectil Sarmat

Para uno de los expertos más críticos con el Kremlin, Anatoly Nesmiyan, las amenazas abstractas de Putin tienen mucho que ver con la reciente prueba fallida del misil balístico intercontinental Sarmat. Explica que, presentado en 2018 como la futura arma más poderosa del arsenal ruso con 10 ojivas nucleares capaces de destruir igual número de ciudades del enemigo, sólo ha tenido una prueba exitosa en abril de 2022 y, sin embargo, siete meses después empezó su producción en serie. La reunión sobre la doctrina militar fue una especie de operación para encubrir ese muy desagradable y doloroso fracaso, que restó fuerza a la argumentación respecto al permiso occidental de emplear sus misiles de largo alcance contra nuestro territorio, concluye.

Asimismo, hay quien cree aquí que llegó la hora de asestar un golpe nuclear contra Ucrania. Al respecto, el magnate Konstantin Malofeyev, uno de los principales patrocinadores de la Iglesia ortodoxa rusa, publicó en sus redes sociales: “La mayoría rusa vamos a apoyar al comandante en jefe (Putin) en esa difícil decisión y daremos 48 horas a la población civil para abandonar el sitio que arrasará nuestra arma nuclear táctica. Y por fin se asestará un golpe demoledor y victorioso contra Ucrania occidental (…) para que en los próximos 30 años crezcan en ese terreno de rusofobia y terroristas sólo plantas radiactivas”.