Hablo poco francés, pero entiendo más Francia, aseguró la fotógrafa Graciela Iturbide parodiando a Alfonso Reyes, al ser condecorada con la Orden de las Artes y las Letras en el rango oficial de la República Francesa, acto a cargo de la embajadora gala Delphine Borione.

Ante un nutrido grupo de amigos, colegas, familiares y promotores culturales reunido en la residencia de Francia, Iturbide detalló que “el país me ha acompañado de múltiples maneras a lo largo de mi trayectoria de vida y de fotografía. He vivido Francia, no sólo en mis repetidas estancias en París y otras ciudades de la provincia, sino también a la distancia, en este México que la mira y abreva en su cultura desde hace tantos años.

He leído a sus poetas y sus pensadores; he recorrido sus museos para descubrir a sus pintores antiguos y contemporáneos; he admirado las imágenes de sus grandes fotógrafos, entre los cuales Brassai me ha inspirado y Henri Cartier-Bresson me ha distinguido con su amistad. Me he masticado a Francia a través de su cocina y he deambulado por las calles de París como si dibujaran mi propia geografía.

Francia, para la fotógrafa, es una manera de ser, un estilo de concebir el arte y la vida, un aguijón y una audacia en la creación artística. Mi reciente exposición retrospectiva (2022) en la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo ha sido un hito en mi itinerario artístico, una especie de regalo, así como esta condecoración es uno nuevo de este país que he amado desde mi edad de razón.

Para Borione, la distinción celebra el talento de una artista respetada y admirada por el público francés e internacional, aunque también a una mujer libre y valiente, quien crio sus dos niños, Mauricio y Manuel, a la vez que realizaba estudios superiores en el ámbito de las artes.

En su carrera de más de 50 años, se impusieron varios temas de predilección y un estilo propio muy a menudo en blanco y negro. Sin embargo, tu objetivo ha captado imágenes de un arte siempre comprometido, sin politizarse. Tu fotografía nos permite viajar y reflexionar sobre diferentes temas y cuestiones muy actuales: la vida y la muerte, el medio ambiente y la relación entre los seres humanos y los animales, los modelos de sociedad alternativos al patriarcado, la sexualidad, la violencia, la migración y la crisis de los refugiados.

Al decir de la diplomática, la fotografía de Iturbide contribuye a celebrar valores apreciados tanto en Francia como en México. La condecorada, además, tiene una forma muy personal de rendirles un homenaje siempre potente a las mujeres, inmortalizando sus rostros en su película de manera poética y humana. Son imágenes que también ponen de relieve la fuerza y la dignidad de los pueblos autóctonos que ha visitado alrededor del mundo, sin olvidar los de su propio país, que nunca fueron retratados de manera tan real y poética a la vez.

Borione destacó que la obra de Iturbide se ha expuesto desde hace más de 40 años en recintos culturales emblemáticos, desde el Centro Pompidou en 1982 hasta los Encuentros Internacionales de la Fotografía de Arlés en 1991 y 2011. Iturbide representa lo mejor de la cooperación franco-mexicana y de nuestros valores compartidos: la libertad, la generosidad, la defensa de los derechos de las mujeres, la conservación y el respeto por la naturaleza, así como la promoción de las culturas indígenas.

La embajadora finalizó: “sueles decir que buscas ‘la sorpresa en lo ordinario’; no obstante, has llevado tu arte a un nivel extraordinario y hoy Francia te reconoce por eso”.