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72 festival de San Sebastián

De platillos voladores y amantes malditos

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▲ El año que viene puede que no haya ninguna película argentina, advirtió el cineasta Diego Lerman, quien se unió a su compatriota, el actor Leonardo Sbaraglia, para criticar los recortes al cine del presidente Javier Milei. El realizador presenta a concurso El hombre que amaba los platos voladores. A su vez, el director del festival, José Luis Rebordinos, trasladó el apoyo de este certamen al cine argentino y al de otros países de América Latina.Foto Afp
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noche se estrenó en el festival la película mexicana Sujo, de Fernanda Valadez y Astrid Rondero, que compite en la sección Horizontes Latinos. Al final de la proyección, una sala repleta brindó un sostenido aplauso a ambas cineastas, quienes procedieron a contestar preguntas del público.

Después de la devastadora Sin señas particulares (2020), esta es una visión más esperanzadora del México actual, si bien no deja de señalar cómo el narco se ha encargado de devorar el futuro de los jóvenes en varios estados. Así, el personaje epónimo (Juan Jesús Varela) es un muchacho de Michoacán cuyo padre es ejecutado por un cártel; y él mismo vive la violencia cotidiana antes de lograr escapar a la Ciudad de México, donde aspira a conseguir una educación formal.

Notable por sus constantes aciertos visuales, Sujo competirá también en el festival de Morelia. Ya habrá oportunidad de escribir más ampliamente de esta significativa película cuando se estrene en nuestro país.

El día de hoy la competencia no pudo reunir a dos títulos más distintos. Uno fue la simpática nadería de El hombre que amaba los platos voladores, del argentino Diego Lerman en una típica producción de Netflix. Basada en hechos reales, la comedia se centra en un reportero de espectáculos, José de Zer (Leonardo Sbaraglia), invitado a conocer el pueblo de Candelaria, en Córdoba, donde al parecer hay huellas de visitas extraterrestres. Siendo un chanta total, bajo su propia admisión, José ve en ello la oportunidad de hacerse famoso grabando reportajes sensacionalistas, con su leal camarógrafo Chango (Sergio Prina). La televisora ve con agrado cómo suben los puntos de rating.

Es una sola premisa que se estira al punto del agotamiento, sin que Lerman y su coguionista Adrián Biniez logren idear otros elementos que la sostengan. Si alguien hace un esfuerzo heroico por mantener vivo el interés es Sbaraglia, cuya ficticia obsesión va in crescendo hasta llegar a sus últimas consecuencias, sin frenar nunca su megalomanía y oportunismo. (Ayuda que, con el pelo teñido de blanco, al actor le dé un aire al inolvidable Leslie Nielsen).

La gran sorpresa fue la película china Kun bang shang tian tang (aquí llamada Unidos en el cielo), debut como directora de la prolífica guionista Xin Huo. La narrativa se centra en una pareja maldita formada por una mujer (Ni Ni), abusada por su marido (Fan Liao), que huye de él para unirse a un hombre de la calle (You Zhou), desahuciado por un cáncer estomacal. Claro, el esposo morirá a manos del amante.

O sea, es una extática historia de amour fou donde los personajes actúan al margen de cualquier lógica. Xin dirige con una solvencia visual que no parece propia de una primeriza y consigue momentos de intensa fuerza lírica. La película es excéntrica y no obedece a los lineamientos comunes de un relato amoroso.

A eso contribuye la apasionada actuación de la premiada actriz Ni Ni, quien encarna a su personaje con una devoción que oscila entre la entrega total y el masoquismo. No he visto en toda la competencia una interpretación tan temeraria. ¿Será mucho pedir que el jurado se fije en ella?

X: @walyder