China y Brasil, con avances en la transición, revela informe
Domingo 22 de septiembre de 2024, p. 15
La transición energética a nivel global observa avances, en particular en las economías desarrolladas, así como China y Brasil. No obstante, la equidad ha retrocedido y las tensiones geopolíticas causan incertidumbre en la seguridad energética, revela un informe del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el reporte Fomentar una transición energética eficaz 2024, el Índice de Transición Energética (ETI) mostró los puntajes promedio mundiales más altos observados en la última década para 107 de 120 países.
Suecia, Dinamarca, Finlandia, Suiza y Francia observaron un destacado desempeño en la medición, pero China y Brasil sobresalen por sus avances en el cambio de energías fósiles a limpias y renovables.
El informe indica que en 2023, el gigante asiático puso en funcionamiento tanta energía solar fotovoltaica como todo el mundo en 2022, mientras su incorporación de energía eólica creció 66 por ciento a tasa anual.
Aunado a ello, China es un actor importante en la fabricación de tecnología de energía limpia a nivel mundial, pues alberga más del 80 por ciento de la capacidad de fabricación de módulos solares fotovoltaicos del mundo y representa 58 por ciento de la fabricación de turbinas eólicas terrestres.
Por su parte, Brasil cuenta con un plan a largo plazo para la energía hidroeléctrica y los biocombustibles, además de contar con iniciativas de desarrollo institucional, lo cual ha sido un factor clave para atraer inversiones.
De acuerdo con el ETI, la nación latinoamericana se ubicó en el lugar número 12 dentro de los países con mejor puntuación, siendo el único país de la región en ubicarse dentro de los primeros 15 lugares.
Al no mostrar mayor variación, México se ubicó en el lugar 62, superado por Chile, Costa Rica, Uruguay, Paraguay, El Salvador, Perú y Panamá.
Las crecientes incertidumbres impiden el impulso de la transición energética a pesar de los resultados récord del Índice de Transición Energética
, señala el informe.
De acuerdo con el WEF, el panorama mundial está marcado por la volatilidad económica, el aumento de las tensiones geopolíticas y los cambios tecnológicos.
La equidad ha sufrido un revés en los últimos tres años, impulsado por el aumento de los precios de la energía y los subsidios a los combustibles fósiles.
Esta incertidumbre se refleja en el índice, donde la tasa de mejora en los últimos tres años ha disminuido. Apuntó que desde 2015, el puntaje promedio global para la dimensión equitativa ha experimentado una leve reducción de uno por ciento.
De acuerdo con el informe, es imperativo que la transición sea equitativa para que el sector energético sea un motor de crecimiento socioeconómico, lo que implica un acceso asequible a formas modernas y limpias de energía.
El WEF consideró que la seguridad energética sigue siendo puesta a prueba, aunque hay señales positivas de que los países están mitigando con éxito la mayoría de los riesgos. El informe resalta que la creciente brecha en la financiación de la transición entre las economías avanzadas y en desarrollo requiere un mayor apoyo internacional y nuevos enfoques para desbloquear las inversiones
.