Con la reforma en la materia se erradicará la intromisión de la oligarquía en el Poder Judicial, porque en la actualidad la justicia sólo es para quienes tienen influencias, tanto personajes del crimen organizado como de la delincuencia de cuello blanco, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Consideró que con la elección de jueces, magistrados y ministros, éstos no le deberán el cargo a nadie.

Al analizar las potencialidades de los cambios, estimó que en un plazo de 10 años la justicia en México podrá estar mejor. En la actualidad, el Poder Judicial “está tomado, secuestrado, y está sólo al servicio de una minoría y de la delincuencia, por eso no se imparte justicia pronta, expedita”. Se trata de un poder anónimo en el que se supone que el Consejo de la Judicatura es la instancia encargada de sancionar el mal desempeño de sus miembros.

Agregó que esto no ocurre en los hechos porque durante años no ha habido un solo juez sancionado, aun cuando incurren en prácticas ilegales e indeseables, que incluso privilegian el interés de miembros del crimen organizado.

Citó el caso de un juez que dio 24 horas para soltar al hermano del líder del cártel Jalisco Nueva Generación o bien las recurrentes órdenes de liberación los fines de semana, con los denominados sabadazos. Del total de procesados cuya liberación ordena el Poder Judicial, 70 por ciento ocurre los fines de semana, con el agravante de que cada vez se reducen más los plazos para que los funcionarios dejen en libertad a los reos.

Para López Obrador es indispensable la reforma al Poder Judicial, y será útil que jueces, magistrados y ministros no sean elegidos por el Presidente, senadores o dirigentes de los partidos.

Consideró imprecisas las versiones de que con estos cambios cualquiera podrá llegar a ser juez, pues existen requisitos específicos, una comisión verificará que éstos sean cumplidos, y si existen demasiadas solicitudes, se determinará mediante la insaculación quiénes podrán participar en la elección.