Tokio. La inflación en Japón –la tercera mayor economía del mundo– se aceleró ligeramente en agosto a 2.8 por ciento anual, una décima más que en el mes anterior, mostraron los datos publicados este viernes por el Ministerio de Interior.

La inflación subyacente al consumo se aceleró por cuarto mes consecutivo en agosto y se situó cómodamente por encima del objetivo de 2 por ciento fijado por el banco central, mostraron los datos publicados.

El índice de precios al consumo subyacente, que excluye los volátiles costos de los alimentos frescos, subió 2.8 por ciento anual en agosto, en línea con la previsión del mercado. En julio, el alza fue de 2.7 por ciento.

El índice separado, que excluye los costos de los alimentos frescos y el combustible, y que es examinado por el Banco de Japón como un mejor indicador de la inflación impulsada por la demanda, subió 2 por ciento en agosto respecto al año anterior. En julio, el índice había sumado 1.9 por ciento.

Los datos se publicaron horas antes de que el Banco de Japón concluya su reunión de política monetaria de dos días. Se espera que en su anuncio de este viernes mantenga las tasas de interés en el nivel actual de 0.25 por ciento.

El Banco de Japón puso fin a las tasas de interés negativas en marzo y subió los tipos a corto plazo a 0.25 por ciento en julio, al considerar que la inflación iba camino de alcanzar su objetivo de 2 por ciento en los próximos años. El aumento de los costos de importación de las materias primas, debido en parte a la debilidad del yen, ha impulsado a las empresas a subir los precios.

Esta semana, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) procedió a un fuerte recorte de sus tasas de interés, el primero desde la pandemia del covid-19 que llevó a una subida de los tipos para contener la inflación.

Pero las autoridades bancarias en Japón han ido a contracorriente del resto de grandes economías y han mantenido estos años su política monetaria ultraflexible para situar la inflación por encima de 2 por ciento.

El gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, ha subrayado la disposición del banco a seguir subiendo las tasas si la inflación alcanza de forma duradera su objetivo acompañada de un sólido crecimiento salarial.

Después de décadas de estancamiento y deflación, Japón ha cumplido con este objetivo de forma sostenida desde abril de 2022.