Domingo 15 de septiembre de 2024, p. 22
Taungoo. El jefe de la junta militar de Myanmar pidió ayer ayuda extranjera para mitigar los efectos de las inundaciones ocasionadas por el tifón Yagi, que causó al menos 74 muertos, 89 desaparecidos y más de 235 mil desplazados en este país desangrado por un conflicto interno.
El tifón dejó también un rastro de destrucción a su paso por Filipinas, China, Vietnam, Laos y Tailandia, con más de 300 muertos (la mayoría en Vietnam) y cientos de desaparecidos.
La víspera, el portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, cifró en al menos 33 las personas muertas por las inundaciones, que también provocaron el desplazamiento de otras 236 mil 649. Ayer, el balance ascendió a 74 víctimas.
Hay informaciones sobre desprendimientos de tierra en la región céntrica de Mandalay, donde habrían quedado atrapados decenas de trabajadores de minas de oro. En Taungoo, a una hora al sur de la capital Naipyidó, los vecinos remaban en balsas improvisadas alrededor de una pagoda budista.
He perdido mi arroz, mis pollos y mis patos
, dijo Naung Tun, quien logró al menos llevar a sus vacas a un terreno más elevado.
Los demás bienes no me preocupan. Pero nada tiene más valor que la vida de las personas y los animales
, añadió.
La catástrofe agrava la miseria de un país hundido en una crisis humanitaria, de seguridad y política desde el golpe de Estado militar de febrero de 2021 contra el gobierno civil electo de Aung San Suu Kyi, Nobel de la Paz.
Más de 2.7 millones de personas en Myanmar ya se han visto forzadas a dejar sus hogares debido al conflicto civil.
Un gesto inusual
Medios oficiales informaron que las inundaciones en la zona de Naipyidó, la capital erigida por los militares, causaron desprendimientos de tierra y destruyeron instalaciones eléctricas, edificios, carreteras, puentes y hogares.
Un habitante de Sin Thay, cerca de la capital, dijo el viernes a la agencia Afp que pasó la noche en la copa de un árbol con sus dos hijos para protegerse de la crecida de las aguas.
En una aldea de la región de Mandalay, los vecinos tuvieron que montarse en elefantes para llegar a las zonas no anegadas.
La petición de ayuda es inusual de parte de la junta militar, que en el pasado bloqueó o frustrado la asistencia humanitaria exterior.