La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando expone piezas originales para conmemorar el centenario luctuoso del retratista danés
Viernes 13 de septiembre de 2024, p. 3
Madrid. Christian Franzen fue un fotógrafo de origen danés que se asentó en Madrid a finales del siglo XIX y principios del XX, convirtiéndose en poco tiempo en el mejor fotógrafo del país, y dejando tras de sí un inmenso legado historiográfico y artístico.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de la capital española recuperó su obra para la exposición para recordar a este cronista esencial de ese periodo histórico, de quien se cumplen 100 años de su muerte.
En la muestra, alojada en la sala de fotografía de la institución cultural, se exponen obras originales de Franzen (1864-1923), entre ellas las 12 que forman parte de los fondos de la corporación, y otras imágenes y publicaciones procedentes de colecciones privadas, como la de Pedro Melero.
Franzen fue uno de los reporteros gráficos más destacados de los días en que Madrid abría sus puertas al nuevo siglo, reconocido por historiadores y expertos como uno de los grandes cronistas
de las redacciones de prensa, teatros, salones, escuelas y escenas callejeras.
Con su trabajo compuso un friso iconográfico deslumbrante de la sociedad de su tiempo, sin el que no podríamos entender la historia del Madrid de la Regencia, ni la propia historia de la fotografía en España
, explicó Publio López Mondéjar, académico, fotohistoriador y curador de la exposición.
La muestra se complementa con álbumes, libros de época, heliograbados y platinotipias originales relacionadas con la obra de Franzen, quien sobre todo trabajó en España en los años finales del periodo histórico de la llamada Restauración Borbónica, intervalo histórico que se interpuso entre la Primera y la Segunda República española.
Franzen, con apenas 26 años y con su formación de fotógrafo aprendida en su país de origen, aterrizó en Madrid en 1890, y cuatro años después creó su propio estudio, al que llamó Galería Fotográfica, situada en el centro histórico de la ciudad. A partir de ahí fue construyendo su prestigioso catálogo de retratos, entre ellos, a miembros de la realeza y representantes de la alta burguesía madrileña. En su publicidad original, tal como se expone en algunos folletos de la muestra, era: Fotógrafo de reyes y rey de los fotógrafos
.
Pero también se interesó por el mundo de la cultura y el arte, que era finalmente su núcleo social cotidiano, al entablar amistad con figuras como Emilia Pardo Bazán, José María Pereda, Benito Pérez Galdós y el pintor valenciano Joaquín Sorolla, quien vivió buena parte de su vida en Madrid y en la sierra madrileña, en el pueblo montañés de Cercedilla.
A la muerte de Franzen le sucedieron en el estudio Paul y Mimí Franzen, primo e hija del fotógrafo, que continuaron el negocio hasta 1970. Una vez cerrado el estudio, la Radio Televisión Pública Española (RTVE) decidió comprar el legado y depositarlo en sus almacenes, al menos hasta que en 1984 los cientos de cajas de negativos de cristal fueron traspasados a otro almacén situado en la localidad de Arganda del Rey, donde se catalogaron los negativos y se analizaron. Una vez hecho este trabajo se informó que buena parte de su legado se había perdido, porque los negativos estaban en muy mal estado, pero se recuperaron decenas, que ahora forman parte de colecciones públicas y privadas.
La exposición se puede ver en Madrid hasta el 29 de septiembre.