Panamá y México son los países en la región de Centroamérica con las zonas identificadas como las más peligrosas para las personas migrantes: la selva del Darién y las rutas en los estados de Chiapas, Nuevo León, Tamaulipas y Baja California, según un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Con base en revisión documental, entrevistas y encuestas, indicó que los factores de peligrosidad reportados con mayor frecuencia son la inseguridad y la presencia de grupos delictivos organizados.

La Oficina Regional para Centroamérica, América del Norte y el Caribe de la OIM, encargada del reporte, explicó que en la selva del Darién las personas no sólo se enfrentan a la geografía desafiante, con cambios abruptos en el clima y fauna silvestre, sino también a la falta de comida y agua potable, así como al tráfico ilícito de migrantes, violencia de género, secuestros, asaltos y extorsiones.

Expuso que el Proyecto Migrantes Desaparecidos (PMD) registró 82 fallecimientos de personas en contexto de movilidad humana, entre enero de 2021 y mayo de 2023, de los cuales al menos 50 por ciento estuvieron relacionados con complicaciones asociadas a la geografía o bien a ahogamientos por el caudal de los ríos, especialmente en el Turquesa.

En cuanto a México, señaló que, según encuestas, Chiapas es una de las zonas más peligrosas a escala regional, especialmente por los altos niveles de violencia, la criminalidad y la inseguridad.

Destacó que las redes de tráfico ilícito de migrantes se han valido de situaciones de vulnerabilidad de los extranjeros que entran vía terrestre para ofrecerles servicios de cruce irregular de fronteras. Asociado a ellas, añadió, se encuentra el riesgo de secuestro, a través del cual los delincuentes exigen miles de dólares a las familias de las víctimas.

En el caso de Tamaulipas y Nuevo León, apuntó, migrantes han señalado que, por ejemplo, las terminales de autobuses son espacios de alto riesgo, ya que se registra un elevado número de secuestros por parte de grupos de crimen organizado, violencia como golpizas, uso de armas de fuego y actos de violencia sexual dirigidos principalmente hacia mujeres.

En cuanto a la geografía desafiante, la OIM se refirió al río Bravo, ya que sus corrientes y profundidad, especialmente en temporada de lluvias, dificultan su cruce y ha causado pérdida de vidas y desaparición de personas.

Según los datos del MMP, entre enero de 2020 y mayo de 2023, se reportaron 123 fallecimientos en Nuevo León y Tamaulipas, de los cuales 80 por ciento fueron causados por ahogamientos en el río Bravo.