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Proyectan en la Mostra cuatro series de televisión
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▲ El realizador japonés Takeshi Kitano presentó Broken Reage en el festival italiano.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Sábado 7 de septiembre de 2024, p. 8

Venecia. El director de culto japonés Takeshi Kitano se sintió un poco avergonzado por el estreno de su nueva película en Venecia, pues nunca esperó que se viera en el prestigioso festival de cine.

Broken Rage, encargo de la cadena de televisión Amazon, está dirigida, escrita y protagonizada por Kitano. En ella, el actor japonés vuelve a sus orígenes cómicos, con un arranque de violencia gansteril que pronto da paso al humor, ya que la misma historia criminal se cuenta dos veces, una en serio y otra para reír.

La cinta, protagonizada también por Tadanobu Asano y Nao Ômori, se proyectó fuera de concurso en la Mostra.

Este viernes también se presentó la serie de televisión M, el hijo del siglo, del director británico Joe Wright, que muestra a Benito Mussolini saliendo de la oscuridad para convertirse en primer ministro en pocos años: un hombre sin escrúpulos pero carismático, que se aprovechó de una sociedad fracturada para hacerse con el poder.

Aunque se trata del relato ficticio de un sombrío capítulo de la historia italiana, gran parte de lo que dice Mussolini en la serie, como sus discursos en el Parlamento, son textuales, lo que da autenticidad al guion.

A su vez, el director Thomas Vinterberg llegó a Venecia con su primera serie televisiva Familias como la nuestra, una de las cuatro series de televisión proyectadas íntegramente en Venecia, en la que se imagina su país natal, Dinamarca, colapsado por la subida del nivel del mar, con toda la población obligada a huir.

La historia está ambientada en un futuro próximo. Holanda ya ha desaparecido bajo las olas y los líderes daneses están decididos a salvar la vida de los suyos, ordenando una evacuación masiva.

Las familias se dividen y los amigos se separan mientras unos seis millones de daneses luchan para obtener documentos que les permitan trasladarse a países europeos prósperos o son enviados a destinos financiados por el gobierno a países como Rumania.