El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que se va tranquilo y sin tristeza tras rendir su sexto y último Informe de gobierno.

En la mañanera de ayer, a pregunta sobre si al presentar el documento el domingo, ante un Zócalo repleto de simpatizantes, sintió aflicción por el adiós al cargo político más relevante del país, el jefe del Ejecutivo afirmó que se va en paz también porque lo relevará su correligionaria, Claudia Sheinbaum Pardo.

Fue un acto importante y festivo; no había tristeza porque no hay razón para ello; al contrario, tenemos que sentirnos muy contentos; orgullosos todos, millones de mexicanos que hemos participado en este proceso de transformación.

Afirmó el mandatario que durante su gobierno se revirtió la historia de políticas púbicas de pillaje, saqueo, clasista, racista y discriminatoria la cual se padeció durante 36 años de neoliberalismo, y ahora se sentaron las bases de la transformación para seguir construyendo una patria nueva.

El jefe del Ejecutivo señaló que para él es un timbre de orgullo que durante su gobierno se redujo la pobreza y la desigualdad, como no sucedía en décadas.

Al aludir una vez más a su sucesora, el tabasqueño insistió en que es una mujer excepcional, inteligente, honesta, de buenos sentimientos. Entonces, me puedo ir muy tranquilo.

No a las letras de oro

Durante su conferencia en Palacio Nacional, un integrante de la prensa le comentó al mandatario que un grupo de parlamentarios en el Congreso de la Oaxaca propuso grabar con letras de oro su frase y bandera: Por el bien de todos, primero los pobres, a lo cual el mandatario manifestó su extrañeza y su opinión en contra.

“Pido a los legisladores, con respeto, que no hagan ninguna referencia a mi persona ni que pongan esa frase; mejor que pongan la de (Benito) Juárez, esa de: ‘Con el pueblo todo, sin el pueblo, nada’. O la de Ricardo Flores Magón: ‘Sólo el pueblo puede salvar al pueblo’. Ojalá tomen en cuenta mi punto de vista. Yo no quiero eso”, expuso el mandatario.