Lunes 2 de septiembre de 2024, p. 4
¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!
, arengó en tres distintos momentos el presidente Andrés Manuel López Obrador a un Zócalo repleto para, de manera simbólica y ante la plaza pública, entregar la estafeta a su inminente sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo.
Al unísono, la gente se sumó y acompañó al mandatario con ese estribillo: ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!
, corearon miles.
En su sexto Informe de gobierno, y último, el jefe del Ejecutivo no dejó pasar oportunidad para volver a halagar a quien el primero de octubre próximo asumirá como mandataria de la República.
Lo sustituirá, asentó, una mujer afín a los principios fundacionales de nuestro movimiento de transformación
.
La primera alusión a su sucesora la hizo cuando hablaba del retorno de los trenes de pasajeros al país. Bajo el compromiso de que El Insurgente, que conectará Toluca con la Ciudad de México, será concluido el próximo sexenio, el mandatario remarcó: ¿Verdad, Claudia?
De inmediato, dedicó breves palabras para celebrar el triunfo electoral en los comicios del pasado 2 de junio.
Aquí aprovecho para felicitar a nuestra presidenta electa, próxima presidenta constitucional. ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!
Varios minutos después ahondó en las menciones a su sucesora. Es que me río, porque fíjense qué felicidad. Toco madera, pero imagínense, imagínense que no hubiese decidido el pueblo de México por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. ¡Presidenta!
Lo relevará, insistió, una mujer excepcional, que le va a dar continuidad a la transformación
.
Y sonriente, mientras fijaba su mirada en la futura presidenta –sentada en la primera fila, dedicada para las más altas esferas de la 4T–, rubricó: por eso me río, porque las cosas que van a quedar pendientes, pues estoy absolutamente seguro que se van a concluir por lo extraordinaria que es la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo
.
¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!
, respondió la gente en algunos sectores de la plaza.
De pasó, tocó la consabida crítica a la oposición. De manera hipócrita
, recordó, en la campaña prometieron, y hasta firmaron con sangre
, que en caso de ganar no eliminarían los programas de Bienestar.
Sin embargo, resaltó que tras su derrota, el dirigente de un partido (del PAN, Marko Cortés) aceptó que se habían equivocado y que no estaban en favor de estos programas.
“Entonces, ¿qué iba a pasar? Pues que sí iban a cambiar los programas, iban a quitar los derechos del pueblo a la justicia social. Pero el pueblo es mucha pieza, el pueblo no es tonto. Pensaron que iban a engañar, que iban a manipular, y fue un ‘tengan para que aprendan’, para que aprendan a respetar al pueblo.”
Esa arenga provocó un multitudinario grito en un Zócalo colmado que, firme, soportó el inclemente calor capitalino del mediodía. Para el cierre, López Obrador dedicó ante la plaza pública su último guiño a Sheinbaum.
Me voy también tranquilo porque a quien entregaré la banda presidencial por mandato del pueblo es una mujer excepcional, experimentada, honesta y, sobre todo, de buenos sentimientos, de buen corazón; afín a los principios fundacionales de nuestro movimiento de transformación y auténtica defensora de la igualdad, de la libertad, de la justicia, de la democracia, de la soberanía: Claudia Sheinbaum Pardo. ¡Presidenta! ¡Presidenta! ¡Presidenta!