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La presa Endhó, en Hidalgo, antaño el edén, ahora el infierno: lugareños

El embalse se encuentra invadido de lirio acuático y moscos que se reproducen en aguas negras y residuos provenientes de Edomex y CDMX

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▲ La presa Endhó, entre los municipios de Tula y Tepetitlán, Hidalgo, se encuentra llena de lirio acuático, lo cual provoca la proliferación del mosco culex, transmisor de enfermedades como el virus del Nilo occidental, filariasis, encefalitis virales y malaria.Foto Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 2 de septiembre de 2024, p. 34

Tula De Allende, Hgo., El hedor, la proliferación de lirio acuático y los enjambres de mos-cos que se reproducen en aguas negras y residuos industriales provenientes del estado de México y de la capital del país, hacen la vida imposible a unos 20 mil habitantes de 14 poblados de la ribera de la presa Endhó, entre los municipios hidalguenses de Tula y Tepetitlán. Lo que antaño fue un edén, aho-ra es un infierno, aseguran los lugareños.

En un recorrido en lancha por el embalse –que ocupa unas mil 280 hectáreas y tiene capacidad de almacenamiento de 182 millones de metros cúbicos–, La Jornada constató que el cuerpo de agua está invadido de lirio acuático, planta que es refugio del mosco culex, transmisor de varias enfermedades, entre ellas el virus del Nilo occidental, filariasis, encefalitis virales y malaria.

En algunas partes de la presa las lanchas avanzan entre un extenso y tupido campo verde formado por el abundante lirio que se acumula en medio del embalse. De entre los islotes que forma el vegetal brotan enjambres de miles de mosquitos Culex, con el característico molesto zumbido de sus aleteos.

Esta situación afecta a residentes de Pedro María Anaya, Santa María Daxtho, El Retiro, San Pedro Nex-tlalpan, La Loma, Santa Ana Ahuehuepan, Benito Juárez, San Francisco Bojay Colonia, San Francisco Bojay Pueblo, Xijay de Cuauhtémoc, Santa María Michimaltongo, Xiteje de Zapata, Michimaloya y San Miguel de las Piedras.

De día los mosquitos duermen escondidos en el lirio acuático; en esas plantas depositan sus huevecillos y sus crías se alimentan de la materia fecal y de otros desechos orgánicos que hay en el agua residual, explicó Yuri Uribe, activista del Movimiento Social de la Tierra y vecina de la localidad Pedro María Anaya de Tula, en las inmediaciones de la cortina de la presa.

En el agua residual que se conduce en canaletas a municipios de los valles de Tula y del Mezquital para ser usada en campos del cultivo de maíz, frijol y otros productos agrícolas, se encuentra todo tipo de basura y desechos que se quedan atorados en el lirio acuático: materia fecal, botellas de plástico, pedazos de troncos, muebles viejos, papeles, llantas viejas –que también sirven de refugio a los moscos– e incluso cadáveres de caballos, vacas y aun de seres humanos.

Uribe mostró una fotografía que tomó hace dos semanas durante un recorrido en lancha que realizó con residentes de comunidades cercanas al embalse, del cuerpo desnudo de un sujeto en estado de descomposición, encallado en el lirio.

La activista señaló que es tan fuerte el olor de la materia fecal, así como el de las sustancias químicas arrojadas por empresas ubicadas en el estado de México a los afluentes que los conducen y depositan en la presa Endhó, que no era posible percibir el hedor que despedía el cuerpo.

En algunas área el líquido tenía tonos oscuros y aceitosos; se percibían olores parecidos al de la gasolina y la acetona, así como a fierro oxidado. En otro punto del cuerpo de agua flota un envoltorio metido en una bolsa negra de plástico, que despide un olor parecido al de un animal muerto. Esa bolsa la encontramos ayer también, pero no nos atrevimos a sacarla por lo que pudiera tener adentro, comentó el lanchero, quien junto con otros se dedica a retirar la basura del embalse.

Cadáveres de personas flotan en canales

Es frecuente la aparición de cadáveres de personas que caen accidentalmente a los canales que conducen el agua negra a las aguas de Endhó, o que fueron privados ilegalmente de la libertad y luego ejecutados por bandas dedicadas a la venta de droga o al robo de combustible por medio de tomas clandestinas perforadas a ductos de Petróleos Mexicanos.

Todos los días, a partir de las 5 o 6 de la tarde, los enjambres de mosquitos culex salen de la presa y se dirigen a casas de poblados cercanos, donde pican a los vecinos y a sus animales de corral.

Guillermo Yáñez Martínez, oriundo de Santa María Daxtho, municipio de Tepetitlán, colindante con Tula, relató que la irrupción de los mosquitos por las noches es una pesadilla que vive desde que era niño.

Es tal la desesperación, que los lugareños se ven obligados a esparcir insecticidas en aerosol que son dañinos a personas y animales. Aseguró que sin embargo, los moscos han adquirido una resistencia natural y ya muy pocos mueren a causa del químico.

Sostuvo que pesar de que autoridades de los tres niveles de gobierno aseguran que toman medidas para combatir al mosquito, eso no es verdad. Antes por lo menos realizaban campañas de fumigación en las comunidades, pero desde algún tiempo ya no hacen nada, reprochó.

Residentes de localidades vecinas aseguran que ya es habitual que cuando salen a la calle por la noche, los moscos se les arremolinan y los comienzan a picar, se meten a las fosas nasales, por lo que además de untarse repelente contra mosquitos en brazos, pies y cara, también utilizan cubrebocas que de muy poco les sirven.

Los que más sufren por el ataque de los mosquitos son las gallinas, borregos, caballos y otros animales que se encuentran en los corrales, los cuales amanecen con múltiples lesiones.

Con sus propios recursos, los pobladores compraron lanchas y chalecos protectores para sacar basura del embalse y quitar el lirio, ya que no reciben apoyo económico de ninguna instancia de gobierno para cubrir esos gastos.

Se quejaron de que la Comisión Nacional del Agua no proporciona ningún apoyo.

Yuri Uribe recordó que luego de protestas que hubo hace 30 años, cuando gobernaba Jesús Murillo Karam, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo adquirió trituradoras acuáticas para eliminar la planta.

Sin embargo, los operarios de las trituradoras dan una vuelta o dos al día por una parte de la presa, lo cual es insuficiente por la enorme extensión que abarca el lirio.

Fue construida entre 1947 y 1953

La presa Endhó fue construida por el gobierno federal de Miguel Alemán entre 1947 y 1953, en los límites entre los municipios de Tula de Allende y Tepetitlán. Para ello, los pueblos que había en las mil 280 hectáreas de tierra donde se ubica fueron desplazados a zonas más altas.

Los vecinos accedieron a dejar sus hogares, bajo la promesa del gobierno federal de que se les dotaría de agua para irrigar sus tierras y se podrían dedicar a la pesca, pues en el embalse hubo un criadero de tilapias, carpas y otros peces.

Los lugareños de más edad relatan que el lugar era un edén que efectivamente detonó la pesca, y también el turismo. Durante dos décadas fue un lugar de recreo para los pobladores, quienes iban de día de campo a las orillas de la presa Endhó.

Pero en 1973, tras la construcción del emisor central del drenaje de la Ciudad de México y del corredor industrial Cuautitlán-Tepejí-San Juan del Río, sin previo aviso a los habitantes, el agua residual comenzó a ser almacenada en el embalse.

Desde entonces el mal olor comenzó a expandirse por la región y los peces que había en la presa comenzaron a morir. A las pocas semanas comenzó a proliferar el lirio acuático y con esa planta el mosco culex.