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En una generación China se transformó en una nación de ingreso medio-alto

Su modelo de desarrollo es distinto al de EU y Europa

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▲ En China, el sector servicios ha duplicado su participación como proporción del PIB. Área comercial en Hangzhou, en la provincia de Zhejiang.Foto Afp
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Periódico La Jornada
Lunes 2 de septiembre de 2024, p. 27

Pekín. La economía China ha dado un vuelco en su estructura productiva desde hace más de 40 años que empezó la apertura al mercado exterior. Actualmente más de la mitad de la producción se basa en servicios, un terreno que ha sido cedido por las industrias y la agricultura; al tiempo que su modelo de desarrollo se ha enfocado en un crecimiento de alta productividad sin replicar las intervenciones expoliadoras de los países occidentales hegemónicos, destacó Li Ziying, académica de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín.

La modernización china no sólo es fundamentalmente diferente de la teoría del modelo de desarrollo de los países hegemónicos y poderosos de Europa y Estados Unidos, sino que también difiere de la teoría y el modelo de la modernización de los países en desarrollo, por ejemplo, la teoría de la dependencia y el desarrollismo de América Latina, dijo Li en conferencia a reporteros y visitantes latinoamericanos.

La académica exhibió que desde 1978, cuando Deng Xiaoping lanzó la Reforma y Apertura, el sector servicios ha duplicado su participación como proporción de la producción, al pasar de 24 por ciento a más de la mitad; en tanto que la agricultura y la industria han cedido terreno.

De acuerdo con el Banco Mundial, en una generación China pasó de ser un país de ingresos bajos a uno de medios-altos, desde 1978 que abrió su economía el crecimiento del producto interno bruto ha promediado más de 9 por ciento anual, y casi 800 millones de personas han salido de la pobreza. Además de colocarse como la segunda economía más grande del mundo, por detrás de la estadunidense, es responsable de más de una tercera parte de la expansión mundial.

Li sostuvo que el crecimiento en China ha abierto un nuevo camino, lejos de lo que se ha vivido en América Latina, como un campo de prueba de todas las ideologías, de todos los conceptos y donde el modelo de desarrollo se ha basado en la explotación de productos materias primas y recursos naturales. La evidencia histórica exhibe que imitar los modelos económicos de occidente no resuelve los problemas propios.

Al hacer un recuento sobre el vínculo de la potencia asiática con América Latina, la investigadora subrayó que a diferencia de los países occidentales hegemónicos, la modernización china no se basa en la colonización, la expansión exterior y las intervenciones expoliadoras. La propuesta de China hacia los países del sur global es que esta región no sólo sea un proveedor de recursos naturales, sino un socio de China para afrontar una serie de retos de desarrollo, aseguró.

Li destacó que parte importante del modelo de desarrollo propio impulsado en China, y que le permitió en menos de una década pasar de la mitad de la economía nipona a duplicarla, se basa en que es un país socialista que permite la economía de mercado, es decir, el Estado no deja de tener el control sobre la regulación.

La estabilidad política es un factor clave para garantizar el avance exitoso de la modernización en un país. Las lecciones en la historia de los países latinoamericanas, donde el proceso de modernización se ha vista obstaculizado por la agitación política, así como por la experiencia de China, que ha promovido con éxito la modernización manteniendo un estable entorno político, subrayan la importancia de la estabilidad política para el desarrollo nacional, manifestó.