En el próximo periodo de gobierno la prioridad de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil será impulsar la cultura de la prevención, que requiere de la corresponsabildad de la ciudadanía en la seguridad de nuestra ciudad, familia y patrimonio, advirtió Myriam Urzúa Venegas, quien continuará como titular de la dependencia capitalina.

La actual funcionaria destacó, entre los logros alcanzados en este sexenio, contar con mejores normas que permitan soportar un sismo muy fuerte, por lo que debemos saber qué hacer, dónde están las llaves del gas y los controles para apagar la energía eléctrica, y revisar si en nuestra casa se produjo algún tipo de grieta.

Asimismo, resaltó la creación del Consejo de Resiliencia, que aborda los temas hídrico, urbano y sísmico, y trabaja con la academia en la definición de las mejores acciones a tomar para resistir un desastre mayor.

Tocante a las lluvias, indicó que la secretaría emite cuatro boletines durante el día para avisar si habrá actividad eléctrica, caída de granizo y cuánto podría llover, así como las alertas que podríamos tener: amarilla, verde, naranja, roja y morada, de acuerdo con la intensidad de las precipitaciones. Estos avisos se dan a las alcaldías y, dependiendo del color de la alerta, otras dependencias del gobierno central tienen que involucrarse.

Reportó que el Atlas de Riesgo alcanzó 2 mil 536 capas de información actualizada que puede consultar cualquier persona y permite ver amenazas y peligros en el territorio y vulnerabilidades económicas, sociales y ambientales, independientemente de las jurídicas, urbanas e institucionales. Se pueden identificar los riesgos en un área de 500 metros alrededor de cualquier domicilio, apuntó.

▲ Myriam Urzúa Venegas, actual secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y quien continuará al frente de la dependencia en el próximo gobierno, dijo que se trabaja con la academia en la definición de mejores acciones ante desastres.Foto Cristina Rodríguez

En el libro De una ciudad en riesgo a una ciudad segura, plantea que la diversidad de población en la Ciudad de México, así como sus características geográficas, demográficas y urbanas, representan un enorme desafío en el ordenamiento territorial, la planificación del desarrollo, la infraestructura, el espacio público, la vivienda, la sustentabilidad ambiental, el manejo hídrico y la gestión del riesgo de desastres.

Sobre algunos de los problemas cotidianos de la gente en la ciudad, se refirió al manejo y mantenimiento de los tanques de gas doméstico, pues a diario llegan a haber hasta 30 incidentes relacionados con este combustible, por lo que la dependencia promoverá una campaña de concientización en las cerca de 11 mil unidades habitacionales que hay en la capital, donde viven 4 millones y medio de personas.

Recomendó respetar la caducidad de los tanques, pues de lo contrario empieza a filtrarse el gas y una chispa puede provocar una explosión, recurrir a especialistas para reparar las instalaciones.

Los tanques estacionarios instalados en las azoteas deben cambiarse por lo menos cada 10 años, sus válvulas, cada siete, y el bóiler se debe revisar con frecuencia, apuntó.

En la vía pública hay situaciones peligrosas, como la de usar tanques de gas de 20 kilos, cuando deberían usarse de 10, y que hay gente que se pone a fumar o a comer al lado de los cilindros.