rivilegio recibir estudiantes de nuevo ingreso en nuestra querida Facultad de Economía,. en una UNAM comprometida con la reflexión crítica sobre la desigualdad y cómo combatirla. Inicié mi curso anual 46 con un acercamiento a los fundamentos teóricos y metodológicos de la Economía Política Clásica –Quesnay, Smith, Malthus, Ricardo–, su crítica en Marx y de conceptos y autores inspiradores. Aristóteles (Polis), Tomás de Aquino (Precio Justo), Descartes (Método), Rousseau (Desigualdad), y –sin duda– Fernand Braudel, su visión de la relación historia-economía, presentada en octubre de 1953 en nuestra entonces Escuela Nacional de Economía ( Las ambiciones de la historia, Editorial Crítica, 2002). Señalo beneficios mutuos.
Los economistas pueden tomar la concepción histórica de larga duración. Y en todo juicio sobre la marcha de la economía –sobre nuestra lucha contra la desigualdad, agrego– reconstruir tendencias en esa muy larga duración, no sólo lo instantáneo o lo coyuntural. Mi hermana y mi hermano, historiadores, me lo aconsejaron siempre.
Frente a la marcha sinuosa y compleja de la economía no podemos soslayar la larga duración, la muy larga duración. Mi hermano Luis Felipe Bazúa insistía. Nos exigía -se exigía- estudiar y pronosticar el pasado
, largo pasado. Eso intento con Carlos Morera, del Instituto de Investigaciones Económicas, estudiar el comportamiento de la rentabilidad de la economía vecina en un periodo de 100 años, al menos (La crisis capitalista y la rentabilidad: el ciclo económico estadunidense y la ley de la rentabilidad de Marx 1929 a 2020
, Nuevos Horizontes para México, IIEc. UNAM, 2023). Y hoy en el marco de esa larga duración, estudiamos los índices de producción industrial, capacidad instalada capacidad utilizada, de 1919 a 2023.
¡Impresionante comportamiento! Cuatro fases del conjunto manufactura, minería y servicios públicos de electricidad y gas. 1) Estancamiento simultáneo durante 20 años de producción industrial y capacidad instalada, con evidente estabilidad de capacidad utilizada, de inicios del 1919 a inicios de 1939. 2) Ascenso gradual de producción y capacidad instalada, de nuevo con estabilidad de capacidad utilizada, de inicios de 1939 a inicios de 1961, pero con una aceleración y derrumbe consecuente de mediados de 1940 a 1946 por una Segunda Guerra Mundial que obligó a producir equipo bélico. 3) Un impresionante periodo de 1961 a 1993, con ascenso continuo de capacidad y producción, aunque ya con señales de sobreacumulación de capacidad, agudizada a partir de 1993. 4) Dos decenios, de 1993 a 2023, con más sobrecapacidad, por una producción prácticamente estancada e instalaciones industriales en continuo crecimiento, si bien a menor ritmo.
Lo indican bien analistas estadunidenses, si crece más rápido la producción que la instalación, la utilización sube, pero lo hace más rápido la instalación, la capacidad utilizada disminuye, incluso secularmente, como lo ha hecho de 1967 en adelante por un avance más acelerado de la capacidad total instalada que de la producción.
Con algunos momentos muy inflexibles, provoca el derrumbe drástico de la capacidad utilizada o –su correlato– elevación dramática –por sus consecuencias– de la capacidad ociosa. Por lo demás, permanente incremento de esta capacidad ociosa, con agudización de la tendencia descendente o estancada de la rentabilidad general. Con ello inestabilidad monetaria, drásticos vaivenes bursátiles, incluso reactivación de la economía de guerra y una lamentable sobrexplotación del trabajo –decía mi querido maestro Ruy Mauro Marini– manifiesta en precariedad laboral, desempleo, contención o disminución reales del salario. Así como el exacerbamiento de las malas condiciones laborales y de vida de trabajadoras, trabajadores de color, trabajadores latinos y trabajadores jóvenes. ¡Lamentablemente! De veras.
NB: Gran compañero, gran economista, maestro extraordinario de la UAM,se nos fue Etelberto Ortiz Cruz. ¡Abrazo solidario a su familia! ¡Amén!