Cuarenta y dos jóvenes festejaron sus 15 años junto a sus madres que se encuentran en reclusión en el penal femenil de Santa Martha Acatitla. Desde hace una semana, 30 mujeres y 12 hombres empezaron con los preparativos para la celebración, que culminó ayer con la gran fiesta en la penitenciaría.

Fue un día largo para las y los quinceañeros, pues madrugaron debido a que debían maquillarse, peinarse y lucir vestidos y trajes que semanas antes fueron confeccionados por diseñadores mexicanos de La Lagunilla.

Como cada año, recorrieron la Ciudad de México en un turibús hasta llegar al Ángel de la Independencia, donde hicieron gala de sus atuendos, sobre todo ellas, pues es el sueño de toda adolescente al cumplir los tres lustros de vida.

Se vieron vestidos largos con encajes de color pastel, peinados rizados o lacios para lucir la corona, que es el adorno que distingue a toda quinceañera. Los hombres, más serios, con traje y corbata, todos juntos posaron así para la foto del recuerdo en el Ángel de la Independencia.

Para que pudieran ser parte de esta celebración, organizada por la fundación Alas de Amor y la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, las muchachas y los chicos debieron obtener calificaciones sobresalientes y sus madres, que están en reclusión, no contar con reportes por problemas de conducta.

Antes del mediodía, el grupo llegó a la explanada del penal femenil de Santa Martha Acatitla, donde estaba todo preparado para la celebración que se realizó en el patio del penal, después de la ceremonia religiosa.

Las quinceañeras, sus compañeros y sus familias, junto con sus madres privadas de la libertad, convivieron, celebraron y bailaron. La fiesta fue amenizada por grupos que tocaron música para todos los gustos y, por su puesto, se efectuó el tradicional vals en el que pasaron los parientes cercanos.

Tampoco podía faltar el pastel, que se repartió entre todos los invitados al gran evento, como sello distintivo de las festejadas y los homenajeados por cumplir 15 años.