El legado del titular del órgano monumental será reconocido con un magno concierto este sábado
Jueves 29 de agosto de 2024, p. 2
Un magno concierto, la edición de cuatro discos remasterizados, así como la publicación de un libro sobre Miguel Bernal Jiménez, son los puntos centrales del homenaje póstumo que el Auditorio Nacional rendirá al organista y compositor Víctor Urbán Velasco (1934-2024), quien falleció el 18 de mayo pasado a los 90 años, informó su familia a La Jornada.
Integrante de una dinastía de ocho generaciones de músicos y apasionado del órgano, el también pedagogo dedicó hasta el último momento de su longeva y prolífica existencia a revivir la cultura organística de México
, cuyo esplendor en la historia contemporánea, afirmaba, fue en los años 60 y 70.
Una de las más importantes trincheras para la consecución de ese propósito fue desde su encomienda como titular del Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN), puesto que desempeñó durante 23 años, a partir de 2001.
A lo largo de ese tiempo, el artista originario de Tultepec, estado de México, logró reposicionar ese imponente instrumento, que con sus 305 teclas y 15 mil 633 flautas es uno de los más importantes del mundo, luego de su rehabilitación y reinauguración en 2000.
El maestro desarrolló una programación dedicada a difundir la trascendencia del OMAN y de la música de órgano, mediante diversos conciertos en los que impulsó la participación de destacados exponentes nacionales e internacionales.
El magno concierto con el que el Auditorio Nacional reconocerá el legado de Víctor Urbán será este sábado a las 13 horas, con la participación de reconocidos intérpretes que fueron sus alumnos y amigos: los mexicanos Héctor Guzmán y Eliseo Martínez, el italiano Davide Pinna y el austriaco Stephan Kofler.
El repertorio incluye obras de Johann Sebastian Bach, Tomaso Albinoni, César Franck, Franz Liszt, Miguel Bernal Jiménez, Jesús Villaseñor, Astor Piazzolla y el propio Víctor Urbán.
Como familia, estamos muy agradecidos con el cariño y los homenajes a mi papá, en particular éste del Auditorio Nacional, que fue su casa por más de 20 años como organista titular
, señaló Adele Urbán Flores, una de los ocho hijos del maestro.
“Mi papá dedicó toda su vida a la música, al órgano en específico; de hecho, nunca lo dejó, en enero cumplió 90 años y se mantenía en activo; seguía dando conciertos y componiendo. Tenía programado a finales de mayo un concierto en la Sagrada Familia en Barcelona, pero falleció el 18 de ese mes. También dejó varias obras inconclusas, además de que estaba muy emocionado porque logró la remasterización de su disco Los tres gigantes, que grabó en los 70 en el Auditorio Nacional.”
La nueva edición de ese álbum es parte del homenaje que esa institución rinde al organista y que incluye tres discos más, grabados por él en ese inmueble en diferentes épocas. Uno es el dedicado al OMAN; otro, con obras de Manuel Urbán Silva, El romántico de Tultepec
, padre del maestro; y el último, con música navideña de Miguel Bernal Jiménez, grabado con la Banda de Música de la Marina, informó la también promotora y gestora cultural.
Asimismo, agregó, se publicará un libro con una investigación realizada por Víctor Urbán durante 20 años sobre la obra Retablo medieval, concertino para órgano y orquesta, de Bernal Jiménez.
En entrevista, Adele Urbán resaltó la trascendencia del OMAN en la vida de su padre, al ser un instrumento que, dijo, conoció desde muy joven gracias al organista Jesús Estrada, su maestro, quien se encargó de gestionar que ese instrumento fuera trasladado a fines de los años 50 del Palacio de Bellas Artes al Auditorio Nacional, ya que en aquel inmueble no cabía.
Mi papá vio cómo se armó ese órgano monumental, que venía de Cremona, Italia. Fue asistente de Jesús Estrada, el primer organista titular del auditorio. Desde entonces, le tenía un cariño enorme a ese instrumento. Luego se fue a estudiar a Italia y Alemania, y regresó con otra visión. El OMAN estuvo abandonado un tiempo, pero cuando se trasladó al Auditorio Nacional se reconoció que existía y lo restauraron
, refiere.
En 2001, nombraron a mi papá el organista titular en esta nueva época, que para él fue la más grande condecoración, el punto máximo al que llegó como organista, y eso que él dio conciertos en diversas partes del mundo, incluso ante varios papas y autoridades de otros países.
La familia del organista y compositor, adelantó su hija, donará el archivo y su instrumento personal al futuro conservatorio de Tultepec, donde ya existe una casa de cultura con su nombre.
Ese acervo, precisó, está integrado no sólo por obras de su autoría, sino por un amplió catálogo de partituras que le dedicaron diversos compositores, además del archivo que heredó del maestro Jesús Estrada.