Miércoles 28 de agosto de 2024, p. 31
Londres. El primer ministro británico, Keir Starmer, buscó ayer establecer un contraste entre su nuevo gobierno y el anterior, al señalar que la solución para los problemas del país es trabajar juntos y no seguir avivando la tensión social.
Añadió que los disturbios que han sacudido a la nación mostraron las grietas en nuestra sociedad
tras 14 años de gobierno encabezado por los conservadores. El gobernante, que asumió el cargo en julio tras una victoria electoral abrumadora del Partido Laborista, también vio esperanza en las personas que salieron a las calles en rechazo a la violencia.
Los disturbios no sólo muestran la enfermedad; también revelan la cura, que se encuentra no en el cínico conflicto del populismo, sino en la unión
, afirmó.
Starmer habló en el jardín de rosas de la residencia oficial en Downing Street, en un esfuerzo por subrayar las diferencias entre su gobierno y el de sus predecesores conservadores.
El jardín fue escenario de dos sucesos que enfurecieron a los votantes durante la pandemia de covid-19. Primero, un asesor de alto nivel del ex premier Boris Johnson realizó una conferencia de prensa ahí mientras trataba de justificar un viaje al campo que violó el confinamiento. Más tarde, Johnson y otros funcionarios organizaron una fiesta, en un momento en el que las personas estaban encerradas en sus casas.
Presupuesto doloroso
Starmer advirtió que el inminente presupuesto de octubre será doloroso
. Afirmó que las cosas están peor de lo que imaginábamos
debido a un agujero negro
de 22 mil millones de libras esterlinas en las finanzas públicas.
Quienes tengan las espaldas más anchas tendrán que llevar la carga más pesada; no tenemos más opción
, concluyó.