Reducir el déficit fiscal de forma gradual en un periodo razonable es una alternativa para que México no quede por debajo de los países con los que compite por calificación crediticia, destacó Raúl Feliz, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

En junio, Claudia Sheinbaum, presidenta electa, comentó en una reunión del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) su intención de reducir en 2025 el déficit público, que para 2024 esta calculado oficialmente en 5.9 por ciento del producto interno bruto (PIB), a 3.5 por ciento al siguiente año.

Ese ajuste, que es inevitable, se podría hacer de forma diferida cada año. Por ejemplo 0.7 por ciento en 2025 y luego 0.7 en 2026, pero para eso se requiere un compromiso del gobierno con la estabilidad financiera, manifestó Feliz en entrevista. Comentó que en un solo año el déficit subió de 4 a casi 6 por ciento del PIB por el gasto en obras de infraestructura y programas sociales.

Para Feliz, si el déficit continúa en 5.9 por ciento o más, México se colocará rápidamente en desventaja frente a países con los que compite por calificación.

Hasta ahora , la relación entre deuda y PIB de México está entre 10 y 15 puntos por debajo de esos países, lo cual le ha permitido aumentar el gasto.

Expuso que lo ideal sería recortar el próximo año 1.5 puntos al actual déficit, aunque no será tan fácil en una economía que muestra desaceleración y donde los ingresos posiblemente caerán debido a una menor actividad económica.

Es probable que esta meta no se alcance y en ese caso sería necesario mandar señales de que el compromiso es en serio. Una reforma fiscal podría ser ese mensaje, comentó el académico.

Sin embargo, la próxima administración descarta la reforma fiscal y buscará el camino de las aduanas y de la digitalización del Servicio de Administración Tributario (SAT) para elevar la recaudación.

En el documento de Precriterios de Política Económica 2025, la Secretaría de Hacienda anticipa una reducción de 35 mil millones de pesos en el costo financiero de la deuda pública debido a diversas acciones para mejorar el perfil de vencimientos del gobierno federal.

Ante la expectativa de mayores ingresos presupuestarios y un menor costo financiero, se estima un aumento del gasto programable de 165 mil millones de pesos.

En este contexto, se proyecta que el déficit presupuestario alcanzará un nivel equivalente a 5 por ciento del PIB, de acuerdo con el monto aprobado por el Congreso de la Unión, se menciona en los Precriterios.

A su vez, la dependencia señala que el saldo de la deuda pública se ubicará en 50.2 por ciento del PIB al cierre de la administración, lo cual garantiza una deuda pública manejable. La posición fiscal de México continúa comparándose favorablemente respecto a lo estimado para otras economías emergentes y de América Latina, admite.