La Paz., Con ollas, utensilios de cocina y pancartas, centenares de comerciantes y artesanos paralizaron ayer el centro de La Paz para exigir que el presidente Luis Arce dé soluciones a la escasez de dólares que, aseguran los manifestantes, ocasiona la subida de precios de la canasta familiar, de los insumos y mercadería que necesitan; caso contrario, amenazaron con realizar una huelga con bloqueos carreteros a partir de septiembre.

Por otra parte, Arce promulgó la ley que anula las primarias para las elecciones generales de 2025, lo que representa un nuevo revés para su rival, el ex presidente Evo Morales, en su intento por competir por un nuevo mandato.

Tras varios años de estabilidad, el deterioro económico comenzó con la escasez de dólares hace más de un año. Esa divisa circulaba libremente junto a la moneda local, pero comenzó a faltar tras la caída de las exportaciones de gas natural, por un estancamiento en la producción.

El gobierno usaba esos dólares para importar gasolina y diésel, y venderlos a precio subvencionado. Ahora los combustibles también comenzaron a faltar.

Ayer, el presidente anunció el impulso, mediante decretos supremos, de la importación directa de combustibles para que personas, industrias, sindicatos y otras entidades que así lo requieran puedan comprar carburantes fuera del país.

A su vez, los comerciantes informales, que abastecen la mayor parte del mercado boliviano de productos de primera necesidad, necesitan dólares para traer la mercadería de los países vecinos. Pero ahora el precio de la moneda estadunidense en el mercado paralelo ha subido más de 50 por ciento, lo que repercute en el costo de la canasta básica.

Presidente Arce, deja de mentir. Dónde están los dólares. No nos mates de hambre. Arce traidor, coreaban los manifestantes golpeando sus cacerolas.

El gobierno está en diálogo con todos los sectores y recibe propuestas para paliar la crisis. Arce debe hacer frente a los problemas económicos con el partido gobernante, el Movimiento al Socialismo, dividido y sin mayoría en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Por otra parte, ayer el presidente de Bolivia selló, mediante decreto supremo, la cancelación de forma excepcional del proceso de elección interna de los partidos.

Las primarias fueron incorporadas en 2018 en la ley en la materia, pero las fuerzas políticas y los jueces comiciales acordaron anular su celebración –por esta única vez– para dar paso a las elecciones judiciales el próximo 1º de diciembre.

Más allá del sobrecargado calendario electoral boliviano, la decisión supone un nuevo golpe para el ex presidente. Evo Morales está inhabilitado por los jueces para postularse de nuevo, pero aun así intenta –con el apoyo de un ala de su partido– revertir el impedimento legal mediante presión popular, y la elección de nuevos jueces electorales que revisen el fallo en contra.

En su estrategia, Morales pretendía competir en las primarias con Arce, su antiguo ministro de Finanzas.

Tras la anulación de las primarias, Arce ahora va tras la aprobación de un referendo sobre la relección presidencial, que en teoría podría sepultar las aspiraciones de Morales de volver a competir por el Ejecutivo para un cuarto mandato.

Las divergencias entre ambos se manifestaron también durante el levantamiento militar ocurrido en La Paz el 26 de junio. Mientras Arce aseguró que fue un intento de golpe, Morales habló de un autogolpe para mejorar la imagen presidencial.