Martes 20 de agosto de 2024, p. 4
La leyenda cuenta que al monarca Carlos II de Inglaterra, quien ocupó el trono de 1660 a 1685, le hablaron de una antigua profecía que decía que si los cuervos alguna vez abandonaban la famosa Torre de Londres, colapsaría y se llevaría todo el reino consigo. Desde entonces, los miembros de los Yeomen Warders, guardias ceremoniales encargados de resguardar la fortaleza histórica, también se ocupan de cuidar a las aves. Con más de 900 años de antigüedad, la edificación junto al río Támesis ha servido de palacio real, prisión y Real Casa de la Moneda, y en ella se mantienen bajo cuidado joyas de la corona tan valiosas que no pueden asegurarse. De 1660 a 1688, la torre se utilizó como zoológico real, con animales exóticos, entre ellos leones, tigres y elefantes. Actualmente, es una de las atracciones turísticas más visitadas de la capital británica.