En los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 México ganó su primer y único metal dorado en el torneo de futbol con la selección nacional Sub-23. Sólo unos pocos de los 18 jugadores de ese plantel siguen en activo. Los defensas Néstor Vidrio, Diego Reyes y Néstor Araujo; los mediocampistas Héctor Herrera y Javier Aquino; el delantero Raúl Jiménez y el entonces portero suplente José Antonio Rodríguez. Para el resto de los ganadores de la final contra Brasil, su carrera terminó de manera anticipada por situaciones ajenas al deporte, problemas en clubes o la falta de espacios en la Liga Mx.

En Tokio 2020, el Tri volvió a subir al podio en el tercer lugar, pero su estructura en categorías menores comenzó a desplomarse. No asistió a París 2024 y quedó fuera del Mundial Sub-20, torneo que antes servía de base para la justa olímpica. Con despidos de los encargados de la gestión de fuerzas básicas, los Juegos Centroamericanos y del Caribe sirvieron como único indicio de repunte en la categoría Sub-21, monarca en Veracruz (2014) y San Salvador (2023), aunque con una mínima parte de elementos consolidados en primera.

En fuerzas básicas hay muchos entrenadores, no formadores. Les importa más un resultado, ser campeones, que formar a un joven para el futuro, sostiene el experimentado medallista Carlos Salcido, retirado hace cinco años del circuito profesional. El problema muchas veces lo tenemos nosotros mismos.

En septiembre de 2017, la Liga Mx informó que la inversión por temporada para los torneos de fuerzas básicas Sub-17, Sub-15 y Sub-13, con especialistas en diferentes áreas de nutrición y sicología, equivalía a 200 millones de pesos. Durante ese año, los clubes registraron la mayor cantidad de elementos extranjeros en la historia del futbol nacional, con un promedio de 5.5 no formados en México que participaban por juego, según datos del entonces presidente Enrique Bonilla. Al eliminar el límite de cinco y permitir hasta 10 en el campo, los jóvenes dejaron de tener minutos con regularidad.

Mientras siga la misma gente viendo más el negocio que lo deportivo, va a ser muy complicado que podamos obtener resultados diferentes, afirma el ex lateral del Guadalajara y también olímpico Miguel Ponce, quien puso fin a su carrera al quedarse sin equipo en el país. Desde el auge de refuerzos de otros países, la Federación Mexicana de Futbol y la Liga implementaron cambios en el sistema de competencia, entre ellos la denominada ‘Regla de Menores’, mediante la cual las instituciones deben cumplir una cantidad de minutos de juego por medio de jóvenes con menos de 23 años.

A los chicos de 16-17 años hay que demostrarles la importancia de ganar, esa es una de las razones por las que muchos talentos de fuerzas básicas no se consolidan en sus clubes. El resultado importa; adaptarse al estrés de la alta competencia, también, señaló a La Jornada en agosto de 2023 el director de selecciones menores, Andrés Lillini, sobre el rezago que enfrentan los procesos juveniles en el futbol.

Si Londres 2012 fue la cita que durante años preparó México para enmarcar una generación, los Juegos deParís pusieron en valor una serie de fracasos. Desde quedar fuera del Mundial Sub-20 en 2023, hasta la falta de éxitos en competencias que antes dominaban los jóvenes como los Juegos Panamericanos –la medalla de oro más reciente fue en Guadalajara 2011– o el Torneo Maurice Revello, que ganó por última vez en 2012. Con la ausencia este año del escenario olímpico, el Tri repitió la historia de Pekín 2008, Sídney 2000, Los Ángeles 1984 y Roma 1960, en los que no logró clasificarse.