Lunes 5 de agosto de 2024, p. 30
Daca. Al menos 91 personas murieron y cientos más resultaron heridas en los enfrentamientos de ayer en Bangladesh, donde la policía disparó gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a miles de manifestantes que pedían la dimisión de la primera ministra, Sheikh Hasina.
La cifra de fallecidos, que incluye al menos a 13 policías, es la más alta en un solo día de protestas en la historia reciente de Bangladesh, con lo que superó las 67 muertes registradas el 19 de julio, cuando los estudiantes salieron a la calle para exigir la eliminación de las cuotas en los empleos públicos.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, advirtió que la impactante
violencia en Bangladesh debe cesar
.
El gobierno declaró el toque de queda indefinido en todo el país a partir de las 18 horas de ayer, la primera vez que toma una medida de este tipo durante las protestas, que comenzaron el mes pasado. También anunció tres días de vacaciones generales a partir de hoy.
Los disturbios, que llevaron al gobierno a cerrar los servicios de Internet, son la mayor prueba a la que se enfrenta Hasina en sus 20 años de régimen, después de que ganó un cuarto mandato consecutivo en unas elecciones que fueron boicoteadas por el opositor Partido Nacionalista de Bangladesh.
Los críticos con Hasina, junto con grupos de derechos humanos, acusan a su gobierno de hacer un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes, algo que tanto ella como sus ministros niegan.
Los manifestantes bloquearon las principales autopistas ayer, mientras los estudiantes lanzaban un programa de no cooperación para presionar por la dimisión del gobierno, y la violencia se extendía por todo el país.
Los que protestan no son estudiantes, sino terroristas que quieren desestabilizar la nación
, denunció Hasina tras una reunión del grupo de seguridad nacional, al que asistieron los jefes del ejército, la marina, la fuerza aérea, la policía y otros organismos.
Las comisarías de policía y las oficinas del partido gobernante fueron atacadas mientras la violencia sacudía el país de 170 millones de habitantes.