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La aventura de la lectura sobre ruedas
E

l fomento a la lectura es uno de los vehículos de reconstrucción del tejido social en México. Así ha podido verse en cientos de experiencias de este tipo, puestas en práctica en diversas comunidades y colectivos del gran mosaico pluricultural de nuestro país.

El 27 de enero de 2019 arrancó, en Mocorito, Sinaloa, la estrategia nacional de lectura, con el regalo de un libro sobre el general de brigada Rafael Buelna, El granito de oro –le decía Francisco Villa.

En este municipio se llevó a cabo la primera reunión de Salas de Lectura. Allí descubrimos la relación vertical y gerencial que se le daba a este proyecto, creado en 1995 y ligado a las secretarías de Estado, consejos de cultura y bibliotecas públicas. Encontramos que no despegaba por las inercias burocráticas, en las que sólo se hacía caso a los funcionarios.

Sin embargo, escuchando a los participantes, aprendiendo de ellos, nos acercamos a un voluntariado convencido de lo valioso de su quehacer. Las Salas de Lectura atienden al público en general, pero también están organizadas por vocaciones, entre otras, familias jornaleras, mujeres, pueblos originarios, bibliotecarios, comunidad LGBTQ+.

En un primer momento, había 3 mil 511 sitios de este programa. Durante la pandemia, las salas de lectura se pusieron al frente de la comunicación virtual. Hoy tenemos 5 mil 455, esparcidas en todos los estados. Durante estos últimos años se han llevado a cabo más de 24 encuentros interestatales y regionales. Con la finalidad de brindar un mejor acompañamiento territorial, su labor se liga a las librerías del FCE-Educal.

México es un país que demanda libros baratos y espacios para lectura. El Programa nacional de clubes de lectura es un modelo flexible que se adapta a las diversas realidades, características y necesidades de las múltiples comunidades e instituciones del país. En algunos lugares se les llama círculos y en otros semilleros. Ello posibilita la creación de espacios sociales donde las personas puedan encontrarse libremente con los libros y descubrir el gusto y el placer por la lectura, además de contar con el acompañamiento e interacción lectora que les permita desarrollarse como lectores autónomos.

El programa creció exponencialmente en los barrios, las rancherías, las casas, los reclusorios, oficinas gubernamentales, con los policías de la Ciudad de México y Nezahualcóyotl, con bomberos, migrantes, jornaleros agrícolas, organizaciones sociales y en escuelas con presencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Los maestros saben que sembrar el fomento a la lectura posibilita crear un espacio crítico de niños y jóvenes en las colectividades escolares.

Un club de lectura es un grupo de personas que se reúne periódicamente para compartir el gusto por la lectura en un espacio físico o virtual. Es una labor comunitaria. Con frecuencia, quienes los integran acompañan otras iniciativas de los pueblos, como sus fiestas patronales, la práctica de tradiciones orales, lecturas publicas y festivales. Los clubes animan una forma particular de reinterpretar críticamente la realidad, a partir del placer y el gusto por la lectura. En mayo de 2024 teníamos 11 mil 345 clubes, esparcidos por todo el país.

El programa LibroBús en tu Escuela y en tu Comunidad fue creado en esta administración. Es un proyecto que retoma la experiencia de la izquierda mexicana de vinculación con el pueblo, en las campañas de alfabetización y en los últimos años de la Brigada para Leer en Libertad. (El Movimiento Social de Fomento a la Lectura. La Jornada 5/12/2023). Aunado a una de las innovadoras experiencias pedagógicas de fomento a la lectura de la CNTE. El programa es la avanzada que va sembrando la semillita en el territorio para la formación de los Clubes o Círculos de Lectura en los lugares de más alta marginalidad del país.

El LibroBús se convirtió en vehículo de cultura y aprendizaje. En sus visitas a escuelas, en plazas públicas, crea centros temporales de lectura, festivales y ferias del libro. En los espacios públicos promueve la lectura en un ambiente comunitario, en el que familias enteras disfrutan del placer y gusto por los libros.

Los recorridos de esta librería rodante tienen el propósito de acercar a los ciudadanos para que tengan la oportunidad de acceder a libros y participar en actividades literarias enriquecedoras. En algunos estados ayudó a preservar y celebrar la cultura local, actuando como un puente que une a las comunidades a través del amor por los libros.

Del inicio del programa al 19 junio del año que corre, el LibroBús ha visitado mil 29 escuelas y 184 lugares públicos. Los niños han adquirido 201 mil 488 libros. A la librería rodante han subido un millón 107 mil 315 niños y maestros. Es un proyecto exitoso que une emocionalmente a los niños y jóvenes con los libros. Es un símbolo del fomento a la lectura en las escuelas y comunidades. Por donde pasa, es magia e imaginación.

Aunque aún falta mucho, el pueblo de México sí lee. Hemos visto en los estados, en las colonias, en los municipios, en las rancherías y en los más alejados rincones de nuestra patria, que un libro es certeza y confianza en un futuro mejor. Se identifica al FCE-Educal como institución al servicio del pueblo. Ahí están los 5 millones 564 mil 372 libros que el área de acerbos de fomento a la lectura ha repartido gratuitamente a través de sus programas. El libro debe formar parte de la canasta básica del pueblo mexicano. Cada casa de interés social entregada debe tener en su seno por lo menos 20 libros, porque el buen lector por su casa empieza.