El coreógrafo Raúl Tamez hoy llevará al Palacio de Bellas Artes su obra Novena sinfonía, danza contemporánea, homenaje a los que viven en resistencia, a los marginados y a los que han sido perseguidos y encerrados por cuestiones políticas, de raza o preferencia sexual.

Con localidades agotadas, La Infinita Compañía, agrupación dirigida por Raúl Tamez y Rodrigo González, interpretará la obra de gran formato, que se presenta en el contexto de los 200 años del estreno de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.

Como acto de justicia para quienes ya no pueden ejercer su voluntad y viven en resistencia, Tamez pone en escena un campo de concentración donde las víctimas, custodiadas por cuatro verdugos, hallan el modo de burlar el sistema y luchar por la libertad.

El coreógrafo comparte en entrevista que es muy significativo presentarse en el máximo recinto cultural con dos funciones agotadas. “Me parece muy bello para la danza contemporánea que tanta gente quiera ver esta disciplina artística; también es muy esperanzador para La Infinita Compañía, para mi quehacer artístico y para mis bailarines tener el teatro lleno.

Estamos muy felices, porque hace cinco años que se gestó el proyecto me hubiera gustado que se estrenara en el Palacio de Bellas Artes, pero por diversas circunstancias no se hizo; ahora se logró y es muy bello para la danza contemporánea.

Sobre la sinfonía más famosa del mundo, el bailarín reconoce que cuando la escuchó completa, su intensidad me llevó a las lágrimas; nunca olvidaré la violencia del primer movimiento y el camino hacia la esperanza del cuarto.

Agregó que al investigar sobre la pieza encontró comentarios de algunos teóricos musicales que apuntan que los primeros dos movimientos de la Sinfonía “no tienen nada que ver con la libertad, ni con la alegría, sino que hablan de la necesidad del ser humano de la destrucción, de la oscuridad.

Hay quienes señalan que el paso del primer movimiento al segundo son las puertas del infierno; entonces, Beethoven habla de lo que aniquila la existencia humana para abrir paso a palabras más esperanzadoras, y después utiliza el poema de Friedrich von Schiller anunciando la necesidad de hermandad de los pueblos, de que terminen las guerras y que por fin busquemos la luz en el mundo.

Tamez creó la pieza en la tradición de la danza-teatro. A partir de la construcción de personajes y de la conexión entre voz y cuerpo, se trabajaron escenas con una carga sicoemotiva importante; hay momentos dancísticos sobrecogedores, alineados con lo monumental de la música.

Fundada hace 16 años, La Infinita Compañía es una agrupación que ha generado plataformas para el desarrollo de la danza en México, como el Teatro Varsovia, La Infinita Compañía Estudio y el Festival Internacional de Danza Contemporánea de la Ciudad de México.

Las funciones de Novena sinfonía, danza contemporánea, en la que participan 25 bailarines, son hoy a las 19 y 21 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.