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Se corona con marca olímpica en tiro

Adriana Ruano lleva histórica medalla de oro a Guatemala
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▲ Ruano estalló en llanto tras conquistar el podio. Es flanqueada por la italiana Silvana Stanco (izquierda), ganadora del plata, y la australiana Penny Smith, quien se quedó con el bronce.Foto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de agosto de 2024, p. a12

Chateauroux. La guatemalteca Adriana Ruano cerró los ojos y respiró profundo antes de acertar al plato número 43 para asegurar el oro con cinco disparos por delante. Falló los siguientes dos, pero era algo sin relevancia. En París 2024, la tiradora se convirtió en un personaje histórico para su país, que estalló en algo parecido a una fiesta nacional espontánea.

Guatemala nunca había ganado un metal dorado en los Juegos Olímpicos. La nación centroamericana apenas había logrado una presea –la plata del marchista Erick Barrondo en Londres 2012– hasta la víspera, cuando el también tirador Jean Pierre Brol obtuvo bronce en la fosa masculina.

La tiradora de 29 años finalizó con un puntaje de 45 sobre un máximo posible de 50 disparos para subirse a lo más alto del podio en el Centro de Tiro de Chateauroux. Un título que va acompañado del récord olímpico.

No he asimilado aún lo que significa esta medalla, indicó Ruano al finalizar la prueba, quien es nutrióloga y soñó con ser gimnasta antes de elegir el camino del tiro. Muy contenta de este logro y de poder representar a las mujeres guatemaltecas.

La italiana Silvana Stanco se quedó con la plata con 40 disparos acertados, y la australiana Penny Smith completó el podio.

Ruano se entrenaba para el campeonato mundial de gimnasia de 2011, clasificatorio para los Juegos de Londres que se celebrarían un año después. De pronto, sin-tió un fuerte dolor en la espalda.

Una resonancia magnética reveló que la entonces gimnasta de 16 años tenía seis vértebras dañadas –lesión que puso fin a su carrera–. El médico de Ruano le planteó buscar deportes que no impactaran la columna y le mencionó el tiro con armas de caza.

No le gustó al principio, pe-ro paulatinamente adquirió pasión por el tiro y por el esfuerzo mental que conlleva su práctica. También le sirvió de terapia sicológica para olvidar la gimnasia.

Cuando era pequeña mi sueño era ser gimnasta olímpica, recordó Ruano ayer. En mi vida me imaginé en terminar en este deporte. Esto fue algo totalmente nuevo.

Punto de inflexión

El punto de inflexión para meter-se de lleno en el tiro fue cuando acudió de voluntaria a Río 2016.

“Me tocó y pude ver competir a mis compañeros. Seguí la prueba y fue lo que me dio la inspiración: ‘si no puedo hacerlo en la gimnasia, entonces puedo intentarlo fuera de ella’.”

Ruano se clasificó a los Juegos de Tokio y quedó en el último lugar entre 26 participantes. Pocos días antes de que iniciaran esas justas, falleció su padre Luis Ruano. Esa pérdida fue otra motivación. En el podio de ayer, la campeona olímpica portaba un retrato de aquel hombre que la inspiró.

En Guatemala, el triunfo se celebró como una fiesta popular. Lágrimas de familiares, resonar de cohetes en las calles, felicitaciones desde la oficina del presidente Bernardo Arévalo. Los chapines se dejaron sumergir en una alegría generalizada tras la conquista de la primera medalla de oro en la historia del país.

En cuestión de minutos después del logro de la deportista, miles de mensajes inundaron las redes sociales celebrando la inédita presea.

A las afueras de la sede del Comité Olímpico Guatemalteco, en la capital, varias personas festeja-ron con cohetes y cantos.

Para celebrar el triunfo histórico, el restaurante local Pollo Campero anunció en Facebook que regala-rá a Ruano un año de alimentos. A la misma causa se unió la cadena internacional de pizzas Domino’s, que lo hará por tres años, de acuerdo con una publicación en la misma red.

Además de Ruano, América Latina sumó otra áurea con el triunfo del ciclista argentino en BMX, José Maligno Torres.

Se trata de la primera presea que obtiene la delegación argentina en esta justa y la primera de oro desde Río de Janeiro 2016, cuando la consiguieron Santiago Lange y Cecilia Carranza, en la clase Nacra 17 en vela.