Nostalgia
lgunos sectores de clase media sienten nostalgia por el pasado. En su imaginario, piensan que bajo la administración del PRI el país vivió tiempos mejores y que pronto caeremos en una profunda crisis.
Pero analicemos el pasado. Durante el llamado milagro mexicano
o desarrollo estabilizador
, que comenzó en la década de 1940 y se consolidó entre 1952 y 1970, el país avanzó a pasos firmes. En ese periodo el PIB creció 6.5 por ciento en promedio anual, se industrializó y se desarrollaron diversas empresas estatales. Fue una etapa de estabilidad financiera y monetaria, con una gran migración del campo a la ciudad y la conformación de una sólida clase media.
Sin embargo, a finales de la década de 1960 la situación cambió radicalmente, con la represión del movimiento de 1968, la cerrazón gubernamental, el proteccionismo imperante y una baja productividad. La sucesión presidencial generó cambios en la política económica con Luis Echeverría y José López Portillo. En esta etapa el gasto público se disparó sin un respaldo en la producción, lo que ocasionó grandes desequilibrios entre 1970 y 1982, que se expresaron en desempleo, quiebras empresariales, devaluaciones, inflación y caída del PIB.
La crisis que comenzó en la década de 1970 del siglo pasado se prolongó 20 años. Ese periodo, a diferencia de lo que muchos piensan, fue difícil para obreros, empresarios, campesinos y clases medias. El poder adquisitivo de la población se estancó y muchas familias perdieron su modesta o gran riqueza, conformada por ahorros, viviendas y automóviles.
Sin duda, en el futuro se presentarán crisis, porque la economía es cíclica, pero no al nivel de la realidad aquí comentada. La situación en 2024 es distinta. Entre las diferencias destacan la autonomía del Banco de México (ya no se maneja desde Los Pinos
), la libertad en el tipo de cambio, que evoluciona de acuerdo con la oferta y la demanda internacional; la deuda en relación al PIB es relativamente baja, la inflación está controlada, las tasas de interés se mueven con libertad y México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos y en uno de los principales exportadores del mundo.
En estas condiciones, la nostalgia por el pasado no tiene razón de ser. Ahora contamos con mejores controles institucionales.