La pasión del escritor José Agustín por la música, inseparable de su vida y obra, se hizo patente durante la presentación del reditado volumen La nueva música clásica, con la participación de Andrés y José Agustín Ramírez, hijos del narrador fallecido en enero pasado.

En el emblemático espacio de la contracultura Multiforo Alicia, unas 300 personas se reunieron para recordar la sabiduría musical y la pluma del autor del volumen publicado ahora por Grijalbo, que reúne los textos lanzados en 1968 y 1985 con el mismo título.

El 16 de agosto, en la Fonoteca Nacional, Jesús, Andrés y José Agustín pondrán las canciones que gustaban a su padre. Los dos últimos coincidieron en que el periodista siempre quiso colocar al rock en el lugar del arte.

José Agustín Ramírez autor de la coda de La nueva música clásica, explicó: “Mi jefe recorre en este libro la historia del rock, su migración y el nacimiento de este género en México. Era visionario y demostró que debía ser canonizado”.

Agregó que a José Agustín le gustaba la música de todos los tiempos, países y de cualquier tendencia sexual de la que proviniera, y que el volumen es una guía para acceder a ese mundo. Concluyó con un brindis por su padre. “Espero que nos acompañen a la próxima presentación de algún material inédito del jefe”.

El editor Andrés Ramírez destacó que esta presentación editorial fuera uno de los primeros actos en el Alicia, uno eminentemente periodístico.

Resaltó que al autor de De perfil le interesó el rock desde los 14 o 15 años, cuando escuchó a Elvis Presley en la radio y que lo enamoró.

“Se empeñó en poner al rock, que en ese momento era ‘instrumento del diablo’, en la primera mesa; dijo que era una expresión artística de alta cultura que combinaba con la popular. Es un acto muy emotivo para nosotros. En enero, mi padre falleció y fueron terriblemente dolorosos esos días, pero a la vez liberadores para él.”

Recordó que su padre escuchó música hasta sus últimos días. “Su relación con ella fue total. Fue su primera pasión con la literatura y el placer, la diversión, el desmadre, el reventón; todo eso que nos une hoy aquí. La música ha estado siempre en la obra de José Agustín.

Desde que despertaba, ponía música, clásica en la mañana, se iba al rock conforme avanzaba el día y se iba a trabajar a su estudio como a las ocho de la noche. Era su espacio sagrado, lleno de música.

Brisa Vázquez, baterista de Los Esquizitos, dijo que para su generación y muchas más José Agustín fue un hito. Lo admiro desde que tuve 12 años. Nos ayudo a dar el paso para incursionar en la música.

El locutor y escritor Iván Nieblas mencionó que se trata de un libro portentoso, que da cuenta de la importancia del rock no sólo en él, sino en todos nosotros; una memoria de décadas de música a la que no hubiéramos llegado sin José Agustín, y con los comentarios pertinentes.

La periodista Margot Cortázar, quien realiza un documental sobre el escritor junto con su hijo José Agustín Ramírez, resaltó que el autor hacía esta magia del contexto social: hablaba de un presidente un disco y otra cosa, y podía dibujar como imagen cinematográfica; increíble. Conseguía el análisis de lo que iba sintiendo y de lo que pasaba en la sociedad.

Como corolario, la charla dio paso a un concierto de la banda Ekos.