Caracas. Con movilizaciones y concentraciones de un extremo a otro de la capital venezolana, el oficialismo y la oposición salieron ayer a medir fuerzas en el cierre de la campaña electoral para los comicios del domingo en los que el presidente Nicolás Maduro se juega la relección para un tercer mandato.

La campaña estuvo dominada por la polarización y la tensión ante los mensajes de Maduro, de que una victoria del bloque opositor, liderado por María Corina Machado con la candidatura de Edmundo González, podría desatar un baño de sangre en el país.

Ante varios miles de seguidores, en su discurso de cierre, Maduro llamó a sus ciudadanos a salir a votar y aseguró que en la contienda se decidirá “el futuro de Venezuela, y sus 28 millones de habitantes, para los próximos años.

Sólo nosotros garantizamos la paz y la estabilidad de este país, afirmó el chavista durante una multitudinaria concentración en el centro de Caracas, en la que también lanzó críticas contra sus adversarios a los que llamó patarucos, apelativo para los gallos de pelea de mala raza.

¿Quién de los 10 candidatos garantiza la paz y la estabilidad?, preguntó Maduro, de forma retórica, y remató ¿Quieren que llegue un presidente monigote a privatizar?

La coalición opositora, que promete un cambio tras 25 años de gobiernos chavistas, llamó a sus seguidores a una concentración en una barriada de clase media del este de la capital, uno de sus principales bastiones.

La avenida principal de Las Mercedes, de más de un kilómetro de largo, sirvió de escenario para la concentración opositora donde desde media tarde se congregaron varios miles de opositores a la espera de la llegada de Machado y González, quien calificó la campaña de heroica y aseguró que fue posible gracias a la unión de todas las fuerzas democráticas y el liderazgo de María Corina Machado.

González, un ex diplomático de 74 años, fue elegido en marzo abanderado de la oposición luego de que la Contraloría General inhabilitó por 15 años para ocupar cargos públicos a Machado, y eso le impidiera inscribirse como candidata.

Los mensajes del gobernante generaron preocupación en la comunidad internacional.

Entre los líderes mundiales que expresaron inquietud, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió a inicios de semana que estaba asustado por los recientes comentarios de Maduro sobre que podría darse un baño de sangre si pierde los comicios y no logra la reelección. Su par chileno, Gabriel Boric, instó ayer a las instituciones venezolanas a procurar elecciones transparentes, competitivas y sujetas a observación internacional.