Martes 23 de julio de 2024, p. 28
Los Ángeles-. Varios estados del oeste de Estados Unidos padecen incendios forestales, que ayer avanzaban descontrolados, al tiempo que una ola de calor continúa deshidratando la región.
Más de 30 millones de personas están afectadas por las condiciones climáticas, con los termómetros alcanzando temperaturas por encima de los 40 grados en algunas localidades de estados como California, Arizona, Nevada, Washington y Oregon.
Sólo en California, los bomberos luchan para combatir más de 20 incendios, de acuerdo con informaciones oficiales.
Dos de ellos obligaron a la emisión de órdenes de evacuación en dos localidades en el condado de Riverside, al este de Los Ángeles, donde las llamas han devorado 8 kilómetros cuadrados, y reducido a cenizas varios edificios.
Luego de dos inviernos húmedos, California entró de forma temprana en una temporada de incendios que se perfila muy activa
, advirtió el gobernador de California, Gavin Newsom, este mes.
Las flamas ya consumieron 840 kilómetros cuadrados de bosques y vegetación en el estado dorado, dimensión considerablemente alta comparada con el promedio del quinquenio para el mismo periodo, pues la cifra ronda los 156 kilómetros cuadrados.
El estado envió además bomberos al vecino Oregón, donde los incendios también están haciendo de las suyas.
El incendio Cow Valley, uno de la veintena que avanza en la demarcación, consumió más de 400 kilómetros cuadrados la semana pasada en una región rural. En Salt Lake City, Utah, poco más de 40 viviendas tuvieron que ser evacuadas de emergencia a medida que otro incendio se expandía.
El oeste del país, especialmente California, sufrió unos 20 años de sequía dramática, pero los dos años recientes fueron relativamente húmedos, con altos niveles de lluvia que rellenaron los embalses y permitieron que bosques y pastizales crecieran.
Sin embargo, 2024 se perfila como un año caluroso y seco, y esa flora se está secando rápidamente, convirtiéndose en combustible de incendios forestales.
Los climas extremos se han vuelto cada vez más comunes ante el calentamiento global derivado de la quema indiscriminada de combustibles fósiles, de acuerdo con los argumentos de los científicos.