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Riquezas zacatecanas
U

na de las ciudades mexicanas que, no obstante su pequeñez (alrededor de 150 mil habitantes), ofrece mas riquezas artísticas, arquitectónicas y culturales es Zacatecas, capital del estado del mismo nombre.

Se fundó en 1548 y por sus ricos yacimientos minerales recibió el apelativo Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecas. El territorio estuvo habitado por diversos grupos étnicos que dejaron huella significativa de sus culturas, en zonas arqueológicas como Altavista, Chalchihuites y La Quemada.

Recientemente estuvimos allá para platicar del antropólogo y arqueólogo Manuel Gamio, quien en 1908 realizó las primeras excavaciones en la zona de Chalchihuites, así como la investigación integral de Teotihuacan, entre 1917 y 1920, donde tuvo una participación relevante el extraordinario pintor zacatecano Francisco Goitia. Muchas de las obras que pintó en ese lugar se pueden admirar en el museo que lleva su nombre en esta capital.

El acto fue organizado por la corresponsalía del Seminario de Cultura en la entidad, cuyo presidente, Manuel Sescosse, promueve con constancia actividades culturales, entre otras, conferencias que imparten los titulares de la institución.

Sin duda, hereda el amor por la cultura de su tío Federico Sescosse, un personaje admirable que dedicó su vida y gran parte de su patrimonio para recuperar el Centro Histórico de su amada ciudad, donde nació en 1915. Fue un promotor incansable que logró el apoyo gubernamental y creó la Sociedad de Amigos del Centro Histórico para involucrar a la sociedad.

Su pasión y entrega lograron que destacados artistas zacatecanos como Pedro y Rafael Coronel y Manuel Felguérez donaran sus colecciones de arte y que el gobierno proporcionara los inmuebles para albergarlas, que en todos los casos fueron valiosos edificios antiguos.

Uno de los frutos de su lucha incansable por la preservación y conservación de edificios con valor histórico, artístico y cultural en su Centro Histórico fue el reconocimiento de la Unesco, en 1993, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Mencionar todas las obras que realizó llevaría varias páginas; basta decir que su labor se volvió un modelo para la recuperación de centros históricos en muchos lugares de nuestro país.

Los actos que organiza la corresponsalía se celebran en el Museo Zacatecano, soberbio recinto que fue la segunda Casa de Moneda más importante del país. Ahora, en el hermoso patio principal son las conferencias y al terminar se pueden visitar las salas, entre otras, las que muestran el exquisito arte huichol –que ha deslumbrado al mundo– con su elaborado y colorido trabajo que refleja la cosmogonía, cultura y tradiciones wixárikas, grupo étnico de gran importancia en el estado.

En alguna crónica hablamos de los otros museos y ahora conocimos uno nuevo muy original: el Museo del Cielo. Imagínese abordar el teleférico que conduce al icónico Cerro de la Bufa, que brinda una extraordinaria vista panorámica de la ciudad, y descubrir que varias de la azoteas lucen a todo color enormes reproducciones de obras artísticas que exhiben los museos de arte de la ciudad y del de Guadalupe. Hay obras de Goitia, Felguérez, Ruelas y Juan Correa, entre otros.

Es la primera etapa de un proyecto que coordina el Clúster Turístico y Cultural de Zacatecas, asociación civil sin fines de lucro integrada por empresarios. Las imágenes están impresas en la compañía zacatecana Cesantoni sobre las azoteas, en piso cerámico y es extraordinaria su fidelidad.

No podemos dejar de visitar la catedral. Una soberbia basílica de estilo barroco de mediados del siglo XVIII, construida en cantera rosa. La exquisita ornamentación de la fachada que muestra la historia del cristianismo es una obra de arte verdaderamente notable. Esta joya de ciudad está amenazada por el proyecto de un segundo piso que la atravesaría. Sería un terrible atentado al patrimonio cultural que alteraría la imagen urbana.

Y para empezar el día con vigor, desayunamos en Acrópolis, sitio de encuentro emblemático a un costado de la catedral. El luminoso café-restaurante va a cumplir 81 años –como dice un asiduo cliente–, es el mentidero de los parroquianos, que además disfrutan sus sabrosas viandas, entre las que destacan el asado de boda, enchiladas zacatecanas, huevos borrachos, exquisitas tortas y un pan dulce de tentación. Imperdibles las campechanas con un buen café.