En un operativo conjunto, autoridades federales desarticularon una banda que operaba desde el estado de México y se dedicada a la extorsión, distribución de droga, venta y clonación de armas, así como falsificación de documentos oficiales y facturas de vehículos, informaron funcionarios que participan en el gabinete de Seguridad.

De manera coordinada, efectivos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) y personal de la Fiscalía General de la República, así como del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), llevaron a cabo seis cateos en inmuebles localizados en los municipios de Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Zumpango, en el estado de México.

Las acciones se efectuaron entre el 16 y 17 de julio, y de acuerdo con la información obtenida, se decomisaron armas de fuego cortas tipo escuadra, así como largas (mini Uzi, escopetas y rifles, entre otras); más de cuatro mil cartuchos útiles de diferentes calibres, todos de uso exclusivo de las fuerzas armadas; además de droga, vehículos, motocicletas de alta gama y dinero.

Presunta participación de ex policías

Seis personas fueron aprehendidas. Todas fueron puestas a disposición de un juez federal con sede en el estado de Hidalgo, y con base en elementos de prueba aportados por la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (Femdo), se decretó legal detención.

Su situación jurídica se definirá en los siguientes días.

Las investigaciones, indicaron las fuentes, han detectado la presunta participación de ex policías en esta organización delictiva que operaba en los municipios de Atizapán de Zaragoza, Huehuetoca, Huixquilucan, Jilotzingo, Nicolás Romero, Naucalpan, Tepotzotlán, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Zumpango, estado de México; así como en algunas zonas de la Ciudad de México y Cancún, Quintana Roo.

Asimismo, refirieron que este grupo criminal sería responsable de coordinar y llevar a cabo secuestros, homicidios, despojo de bienes muebles, distribución y venta de droga, robo y extorsiones al transporte público en Tizayuca, Hidalgo, así como a comerciantes del estado de México.

La señalada red delictiva hacía uso de recursos tecnológicos utilizados por las dependencias de seguridad, como geolocalizadores, rastreadores de equipos telefónicos e inhibidores de comunicación celular.